ANKARA/Turquía.- Tras anunciarlo en septiembre, el gobierno de Turquía acordó comprar cuatro modernos escudos antimisiles S-400 por 2,500 millones de dólares y financiando el 55%, causando preocupación en la OTAN que integra el país.
«El acuerdo según el cual Turquía comprará a Rusia cuatros grupos del S-400 fue logrado plenamente», dijo el ministro turco de Defensa, Nurettin Canikli, en un discurso transmitido por la cadena TRT y citado por Sputnik.
Las negociaciones para la compra se retrasaron, ya que Ankara no estaba segura si realizar la compra en forma directa o solicitando un préstamo, la que terminó siendo la opción elegida.
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El costo total de las cuatro baterías es de 2,500 millones de dólares, el 45% del cual será aportado por el gobierno de Turquía y el 55% restante a través del crédito, según explicó Serguei Chwmezov, director general de la corporación rusa Rostec.
Los primeros envíos comenzarán en marzo del 2020.
Según datos del fabricante, el S-400 puede detectar blancos a una distancia de hasta 600 kilómetros, reacciona en menos de 10 segundos y puede destruirlos a un máximo de 400 kilómetros volando a 4.8 kilómetros por segundo.
Está diseñado para destruir aviones de combate, cazas furtivos, misiles de crucero y misiles balísticos tácticos y estratégicos, y es comparable con el sistema THAAD estadounidense.
En su momento, el anuncio de la compra fue acompañado de una publicación de la agencia Anadolu detallando todas las aeronaves estadounidenses que el sistema podía derribar.
Esto sorprendió a muchos, ya que Turquía y los Estados Unidos son aliados militares y miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Incluso Washington utiliza la base aérea de Incirlik, en el centro sur del país, para conducir sus operaciones en medio oriente y desde allí vuelan muchos de los aviones que Ankara ahora dice poder destruir.
Pero las relaciones entre ambos países venían degradándose por el aumento de las tendencias autoritarias del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, especialmente luego del intento de golpe de Estado en su contra el 2016 y la posterior represión a opositores y periodistas. (ECHA – Agencias)