GUERRERO/México.- La ola de asesinatos contra autoridades aztecas se incrementó con asesinato del alcalde de Petatlán, Arturo Gómez Pérez, en momentos que cenaba con un grupo de amigos en un restaurante.
Con este crimen asciende a 61 los alcaldes asesinados durante la presidencia de Enrique Peña Nieto, aparte de los ajustes de cuentas y ejecuciones entre sicarios de los carteles de la droga.
Los primeros reportes señalan que un hombre le disparó por la espalda a Arturo Gómez Pérez, militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y quien aspiraba a contender por la reelección como alcalde de su municipio en el proceso de julio próximo.
De acuerdo con funcionarios municipales, el asesinato ocurrió a las 11:45 de la noche del jueves, cuando un hombre encapuchado entró al restaurante Casa Vieja y disparó varias veces contra el alcalde, frente a los amigos que lo acompañaban.
Aunque hubo tiempo de trasladarlo a un hospital de la región, Gómez Pérez murió durante el trayecto por las balas que alcanzaron su cabeza y tórax, informó el vocero de seguridad pública, Roberto Álvarez Heredia.
Luego del ataque, elementos de seguridad del estado comenzaron un operativo para localizar al responsable mientras la Fiscalía General del Estado inició la recolección de pruebas en el lugar.
El alcalde perredista fue velado la misma noche del jueves en su domicilio en el centro de Petatlán, un municipio ubicado en la región de la Costa Grande de Guerrero, donde en julio pasado fue secuestrado y asesinado también el secretario general del ayuntamiento, Manuel Rebolledo Pérez, y en noviembre de 2016, el secretario de Obras Públicas, Edgar García Cerda.
En Petatlán operaba el Cártel de los Caballeros Templarios, debilitado luego de la captura de su líder Servando Gómez. En su lugar comenzó a operar un grupo identificado como Guardia Guerrerense, vinculado con el Cártel Jalisco Nueva Generación y dirigido por Alberto Bravo Barragán «El Gavilán», quien fue detenido a principios de mayo de 2016.
La zona, sin embargo, es territorio de disputa, porque se trata de un importante corredor para el tráfico de drogas cultivadas en Guerrero, como la amapola y la marihuana. (ECHA – Agencias)