FRANCIA.- Tras estrangular a su esposa, Alexia, en octubre pasado, Jonathann Daval , encabezó marchas exigiendo justicia y participó en carreras populares en su memoria hasta que cayó en contradicciones y confesó su crimen.
Se presentaban como una “pareja perfecta” pero en estos meses la policía francesa descubrió la historia de terror en Gray (sureste de Francia): una esposa violenta, un matrimonio «arreglando» sus diferencias a palos, un esposo que termina una disputa estrangulando a su mujer.
El cadáver de la infortunada mujer de 29 años se descubrió el pasado 28 de octubre, en un bosque de las afueras de Gray. Su esposo, Jonathann Daval (34 años), comenzó por dar a la Policía la noticia de la desaparición de su mujer, hasta que, dos días más tarde, el cuerpo de Alexia fue descubierto «con signos de estrangulamiento» y parcialmente calcinado.
Siguieron semanas y meses de dudas, investigaciones, incluso manifestaciones de recuerdo. Su marido participó en sucesivas carreras populares de recuerdo, rompiendo en lágrimas en muchas ocasiones.
Lenta, pero implacable, la Policía prosiguió sus investigaciones, acumulando sospecha tras sospecha sobre la versión del esposo en lágrimas, llorando la muerte «inexplicable» de su mujer. La historia comenzó a cambiar de rumbo cuando unos testigos revelaron idas y venidas sospechosas.
Las contradicciones de Jonathann Daval y la revelación de sucesivos indicios acusadores culminaron la pasada noche del martes en que terminó confesando que había asesinado a su mujer «por azar».
La confesión del asesinó cayó como una bomba entre familiares, amigos y conocidos. María, una amiga de los esposos Daval, declara a RMC: «¡Qué cosa tan espantosa! ¿Cómo ha podido besarme un personaje tan siniestro, al que había considerado un amigo? ¿Cómo abrazar llorando a la madre de su propia víctima? ¡Qué horror..!».
Tras la confesión, uno de los abogados del asesino, Randall Schwerdorffer, ha dado nuevas e inquietantes informaciones: «La Policía sospechaba, desde hacía tiempo, que Alexia Daval había sido víctima de una disputa conyugal.
La confesión del esposo confirma esa hipótesis. No pretendo defender un crimen. Solo deseo aportar informaciones… uno de los cónyuges era violento. Y no era el marido. La esposa podía decir y hacer cosas horribles durante sus disputas. Aparentemente, el marido puso fin a esas peleas de la manera más trágica».
El asesino corre el riesgo de ser condenado a cadena perpetua. (ECHA- Agencias)