Miguel de Cervantes regresa a las calles con acento colombiano

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BOGOTÁ.- Miguel de Cervantes, el autor más universal de la lengua española, se humaniza y vuelve a las calles con un notable cambio en su acento y la compañía del británico William Shakespeare en «Hermanos de tinta», la nueva novela del escritor colombiano Nahum Montt que fue presentada esta semana.

Read MoreEn la novela, publicada por Alfaguara, Cervantes recorre las calles de la ciudad española de Valladolid (centro), antigua capital de la Monarquía Hispánica, como un comisario que intenta deshacer entuertos en un relato que vaga entre lo policiaco y lo picaresco.

En ese contexto, Montt dibuja a un Cervantes al que ha dotado de humanidad, alejándolo «del estereotipo que ha predominado como una imagen pétrea» y ajena a la realidad, explicó el escritor a Efe en una entrevista.

«A Cervantes nos lo han metido en la Academia y nos lo han sacado de las calles; Cervantes era de las calles y la pasaba bien en las calles, se divertía bien entre rufianes, putas y malandros», señaló.

En la novela, el escritor de Alcalá de Henares vuelve a ese espacio público que en la Castilla del siglo XVI ocupaban los pícaros y que quedó plasmado en sus obras y en las de otros escritores de su tiempo, como Francisco de Quevedo.

En ese camino hacia la humanización del autor de «El Quijote», Montt pretendió sacarlo también de «la torre de marfil» en la que le ubican los estudiosos y mostrar las aventuras que debieron inspirar a un escritor que fue soldado, prisionero de piratas y de la ley.

Con trazos de realidad, Montt, uno de los escritores colombianos con más proyección, se sirvió de su fascinación por el personaje-autor y ocupó los espacios oscuros que existen sobre la vida de Cervantes para «iluminar la ficción».

«Él había ido a la guerra y sobrevivió, él mató gente, Cervantes también fue un asesino. Siento que la historia lo tiene reducido a su más mínima expresión, cualquier intento que hagamos por sacarlo de esa esfera, ese círculo de amor puro en que le ha metido la Academia es bueno», comentó Montt.

En paralelo y como atractivo para el lector, recorre las páginas de «Hermanos de tinta» un Shakespeare cuya presencia en la novela queda a la sombra del genio de Alcalá de Henares a la espera de un encuentro entre los dos maestros que solo se da cuando la historia central ya está en su letargo.

Pero si algo caracteriza a la nueva obra de Montt, que ganó el Premio Nacional de Novela en el 2004, es el giro que el autor da al vocabulario y que hace sonar a Shakespeare y a Cervantes más próximos a la Latinoamérica del siglo XVI que a la Castilla de entonces.

«La esencia a la lengua castellana le viene de las calles, ¿cuáles son las calles que conozco? Las de Colombia, las de Latinoamérica», afirmó Montt.

Ese dibujo lingüístico de Cervantes y Shakespeare aspira a ser «un homenaje a la lengua castellana que está viva y circula en nuestras calles», según el autor, que considera que «ese castellano antiguo nos llega casi como una parodia».

Con estos elementos Montt construye la interpretación «de un autor latinoamericano» que, a través del lenguaje propio de su continente, «intenta dar cuenta de lo que fue Cervantes» e imaginar cómo pudo encontrar su inspiración el escritor castellano. Un Cervantes patrimonio de los casi 500 millones de hispanohablantes y no circunscrito a un pequeño rincón de Europa.

La ficción que traza el escritor colombiano permite cumplir un sueño recurrente entre los aficionados a la literatura, hacer que los dos grandes genios se encuentren, a veces entre penumbras, a veces a plena luz, y que permite al escritor de Don Quijote presenciar una obra maestra del teatro como «Hamlet».

«Siempre supe que tenía un hermano de tinta. Lo que nunca imaginé es que fuera español», le espeta Shakespeare a su colega castellano en la novela. (EFE/gdl)

 

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