El cineasta brasileño Luiz Bolognesi estrena hoy en la Berlinale su documental «Ex Pajé», en el que retrata la amenaza de la Iglesia Evangélica y la modernización occidental hacia la identidad cultural de los pueblos indígenas del Amazonas.
Su filme, que compite en la sección Panorama, se centra en la figura de un antiguo chamán del pueblo indígena Paiter Suruí, que fue obligado a cristianizarse acusado de vínculos con el diablo.
Su idea inicial, explica Bolognesi a Efe, era rodar un documental sobre los chamanes, pues son las personas que, concentran, al carecer estos pueblos de una cultura escrita, «todo el conocimiento de las poblaciones de América antes de que llegaran los blancos».
El proyecto dio un giro cuando comenzó su investigación y conoció al exchamán que finalmente acabó protagonizando su documental.
Bolognesi se dio cuenta que era de eso de lo que quería hablar, «porque esto es al mismo tiempo la historia de América, de cuando llegaron los portugueses, los españoles, los católicos, los jesuitas, los capuchinos» y masacraron la cultura.
Hoy día, afirma, es la Iglesia Evangélica, «fundamentalista y muy agresiva» y con un gran crecimiento en Brasil, la que lleva a cabo esta labor de evangelización, de un modo «muy violento», en particular, contra los chamanes, a los que acusan de ser o estar conectados con el diablo, lo que lleva a su vez que sean perseguidos por su propio pueblo.
Algunos líderes indígenas a quienes mostró el filme afirmaron que la violencia contra los chamanes y la persecución de la Iglesia es, precisamente, el mayor problema que enfrentan actualmente los pueblos indígenas en Brasil, por lo que decidieron escribir un manifiesto del cual Bolognesi tenía previsto leer hoy algunos extractos.
El manifiesto recuerda que «en el nombre de un dios, hombres misioneros atacaron en los últimos siglos muchas otras formas de vida» y alerta que hoy se observa «el emerger de nuevas cruzadas de intolerancia», especialmente de misiones evangélicas.
Además, denuncian, «se alinean con los enemigos de los pueblos indígenas, con mineros y leñadores legales e ilegales, con el fin de extraer no solo elementos preciosos de sus tierras, sino también de sus almas».
Según Bolgnesi, «es muy estratégico este encuentro entre el interés evangélico y el agrobusiness», al conformar una red que «trabaja junta» y que tiene como objetivo destruir la dimensión mitológica que impregna a los pueblos indígenas.
«Si acabamos con su mitología, el bosque ya no tiene valor mágico, ya no tiene valor simbólico, espiritual», y de esta manera será más fácil convencer a los pueblos indígenas de destruirlo todo y de despertar en ellos el interés por ganar dinero, defiende esta alianza de iglesia y capitalismo.
Precisamente de su relación mitológica con el bosque y la tierra es de la que tienen algo que aprender los occidentales blancos, reflexiona el cineasta.
«Hablamos mucho de sostenibilidad, es la palabra del momento, pero nadie en el mundo conoce más de sostenibilidad que los pueblos indígenas de América», afirma.
Durante miles de años, explica, los pueblos indígenas han vivido de una riqueza muy grande de carbohidratos y de proteínas, «sin destruir la diversidad de ADN que hay en el mundo».
Bolognesi, cuyo documental celebra hoy en la Berlinale su estreno mundial dentro de la sección Panorama, subraya la necesidad de movilizar a la gente, porque «no basta con tener conciencia y estar en casa reclamando en Facebook».
«Es necesario emocionarse, indignarse y llegar a la acción», porque hay que luchar por la preservación de las culturas indígenas.
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