Ayer lloré el año de partida de mi papá. Y hoy se va un amigo.
Lo admiré desde antes de conocerlo. Seguía intrigado sus crónicas en El Bocón. ¿Quién era ese muchachito que escribía tan bien, manejando el idioma, haciéndolo interesante, incluso divertido y además con tanta profundidad de análisis? Un día su diario sacó una portada que me pareció espectacular y al preguntar a quién se le había ocurrido el titular, me dijeron: «Al mismo que estás siguiendo, Daniel Peredo«.
Pedí que lo llamen de inmediato. Al día siguiente lo tenía al frente y esa semana se integró al equipo de Goles en Acción. Allí descubrí que además de las virtudes que ya había advertido, tenía un gran sentido del humor y una asombrosa memoria. Era capaz de recordar con detalle las pautas de cada programa que hacíamos, con meses y hasta años de diferencia y hasta la ropa que llevábamos puesta para hacerlos (ni hablemos de los partidos de futbol).
Hizo de todo, reportajes, entrevistas, informes, inclusive elaboró la secuencia «Pelotitas» con Bruno Cavassa, donde hacían voces para un rato de humor.
En las transmisiones era reportero de campo y comentarista. Yo estaba seguro de que sería un gran comentarista en el futuro, pero un día me buscó para pedirme ser relator. «Estás loco», le contesté. «Tienes todas las virtudes necesarias para la TV, menos voz, y para ser relator necesitas buena voz, además, con tu visión de campo apunta a ser comentarista».
Pero su pasión era el relato, me insistió y le di la oportunidad. Comenzó a distinguirse pronto. Era un relator distinto. Precísamente su tremenda visión de campo le permitió innovar. Era un narrador que te hacía entender el partido. La emoción la tenía dentro y la fue sacando.
Su primer gran relato de gol lo hizo para la radio, pero lo inmortalizamos por TV vistiendo las imágenes con su voz. Fue un gol de la «U» en Cerro de Pasco que le valió el campeonato.
Luego pasamos a ATV. Él nos había dejado temporalmente por una oferta en TV 4, pero al poco tiempo regresó y se incorporó a «El Equipo», donde estábamos todos los de Goles de Global.
Años después, tras el fin de «El Equipo», me contrataron en Frecuencia Latina y lo llevé conmigo. Y cuando más tarde comencé mi aventura en CMD, logré convencer a los gerentes para que lo incorporen. Allí terminó de convertirse en el gran relator que triunfó y recordará por siempre el Perú. Hicimos dupla durante años en todos los partidos importantes y tuve el privilegio de estar a su lado como comentarista en sus relatos más recordados.
Era supercreativo. Hoy confesaré que el slogan que me llevó al Congreso: «Por fin entra el 10 a la cancha», fue idea suya. Y no fue su única ayuda en ese campo.
Cuando me despedí de la TV, él estuvo a mi lado, me abrazó y me dedicó unas bonitas palabras. Me sacaron unas lágrimas.
Qué terrible que ahora me toque a mí despedirlo a él, con más lágrimas que entonces, por supuesto.
Hace poco volvió «Goles en Acción» por Facebook y allí tuvimos una última conversación. Lamento que no pueda ya concretarse la invitación que le hice para una entrevista en «Goles en Acción», su cuna televisiva, su casa, la cual íbamos a hacer por Willax TV.
Fue de los mejores periodistas deportivos que ha tenido el Perú. Lo digo tras pensarlo mucho, pues podría ganarme el natural instinto de agrandar a los que se van o de favorecer a una persona a quien vi crecer y quise mucho. Tras repensarlo, insisto: fue un apasionado del periodismo, lector permanente, insistente en su acercamiento con las nuevas herramientas tecnológicas, profundo y certero en el análisis (hay 3 personas en cuya lectura de un partido confío a ciegas y él era una de ellas). Siempre creativo y divertido, ponderado en su juicio, alejado de la práctica fácil sin confirmar, de la estridencia y del adjetivo sin sustento. Por eso y más, insisto, fue de los mejores que he conocido.
En el dolor de despedirlo, me queda el orgullo de haber percibido su potencial y haberle abierto la puerta. Orgullo con el amor de un hermano mayor, que ahora lo va a extrañar.
Nos vemos Dani, saluda al Chino, al tío Traverso, a Don Eduardo y a mi papá. Diles que en «El Equipo» los extrañamos y cuéntales que ahora estamos formando a un grupo de chicos, para que sigan lo que tú y tus hermanos de Goles han hecho en el periodismo deportivo del Perú. Van a caminar la senda que tú contribuiste a abrir, aunque les has dejado la valla alta. (Alberto Beingolea)
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