El libro «Mitad monjes, mitad soldados» que denunció los abusos sexuales al interior del grupo católico Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), intervenido por el Vaticano, será convertido en un documental por el director peruano Fernando Vílchez, informó hoy un diario local.
La publicación de los periodistas Pedro Salinas y Paola Ugaz destapó en 2015 los abusos psicológicos y sexuales a los que fueron sometidos decenas de sus integrantes, la mayoría cuando eran menores de edad, por el fundador del Sodalicio, Luis Figari, y varios de los máximos dirigentes del grupo.
Vílchez declaró al diario El Comercio que «es un libro que te provoca por igual rabia, dolor y asombro al leer el nivel de injusticia e irracionalidad que vivieron las víctimas del Sodalicio«.
La Fiscalía de Perú solicitó nueve meses de prisión preventiva contra Figari, que está investigado por los presuntos delitos de asociación ilícita para delinquir, cuyo fin eran los abusos sexuales, y lesiones graves.
El director de cine agregó que «estamos hablando de una secta que se dedicó a lavar el cerebro a más de una generación y que ha terminado en el caso judicial más aterrador de la Iglesia católica peruana en décadas».
A la fecha, existen más de un centenar de denuncias contra Figari y varios exdirigentes del Sodalicio en el Ministerio Público, tras la publicación del libro, resaltó Vílchez.
El realizador destacó que lo más atractivo de la publicación es «la potencia del relato oral» de las víctimas al recordar las circunstancias de los abusos.
«Permitiremos que quienes deseen contar su testimonio frente a cámara, lo hagan con el tiempo y la paciencia que el cine documental puede ofrecer», explicó Vílchez.
Hace un año, la fiscal María León Pizarro reabrió el caso contra Luis Figari en agravio de José Enrique Escardó, Martín López de Romaña, Vicente López de Romaña, Oscar Osterling y Pedro Eduardo Silva, los primeros en denunciar los abusos en el interior del Sodalicio.
Inicialmente, la Fiscalía archivó las denuncias de abusos sexuales por haber prescrito, dado que fueron presuntamente cometidos en los años 80, pero la magistrada Pizarro reabrió las investigaciones bajo la presunción de que el grupo católico conformó una organización de tipo criminal para cometer las violaciones y apropiarse de donaciones económicas. EFE