La reelección del presidente ruso Vladímir Putin fue impulsada por factores geopolíticos externos y su liderazgo podría consolidar las relaciones con América Latina durante este nuevo periodo, dijo a Sputnik el profesor de posgrado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Américo Saldívar.
Con el 80% de las papeletas escrutadas Putin reúne el 76,18% de los apoyos en las elecciones presidenciales, según los últimos datos de la Comisión Electoral Central rusa.
«La reelección (del mandatario) se explica por factores geoestratégicos, más que por asuntos de coyuntura puramente domésticos, una circunstancia que podría permitirle consolidar sus relaciones con otras regiones del mundo, como América Latina, en su calidad de dirigente de una potencia renovada», indicó Saldívar, autor de ‘El ocaso del socialismo’, escrito tras la caída del bloque soviético.
El académico estima que «Putin encontró una posibilidad en una coyuntura compleja, que lo convirtió en un liderazgo plausible».
El mandatario, continuó, resultó ser «el candidato ideal para enfrentar la duplicidad de una coyuntura con barruntos de una nueva Guerra Fría, el personaje mejor posicionado para dar seguridad en la circunstancia internacional».
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Al asegurarse un nuevo mandato para los próximos seis años, «Putin podría encontrar prudencia, sabiduría y claridad para reforzar los elementos democráticos y libertarios del pueblo ruso», estimó el economista, graduado en Moscú en los años 60, tras una etapa de intensa militancia opositora que lo llevó a entrar en la cárcel en México.
Durante el período que termina, Putin deja en México «la imagen de una especie de contraparte y aliado un tanto invisible y más mediático», señaló el investigador de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM, aludiendo a las campañas infundadas de intervención.
Ese liderazgo contrasta con las provocaciones de un «personaje agresivo» como el presidente estadounidense Donald Trump, «partidario de la supremacía blanca, que vuelve a actuar como gran potencia frente a sus vecinos latinoamericanos del sur, particularmente México, que siempre han considerado como su traspatio», señaló el docente.
En ese marco, Putin puede representar para el próximo Gobierno de México que surja de los comicios presidenciales y legislativos del 1 de julio próximo «un mandatario pragmático, que ofrece la experiencia de un estratega eficaz, capaz de enfrentar, conjuntar apoyos y negociar», añadió.
El retorno de Rusia
La «renovada presencia» de Rusia en América Latina «ya es notable en México, en particular en los sectores petroleros, aeronáuticos y alimentarios», indicó el economista.
En efecto, en la economía mexicana es una novedad histórica el debut de la compañía rusa Lukoil en la industria petrolera, que ha ganado contratos en las licitaciones de la apertura energética a inversiones extranjeras.
Asimismo, la línea aérea mexicana Interjet contiene una flota creciente de aviones rusos Sukhoi SSJ-100.
Es notable también el incremento del comercio de alimentos en medio del veto agroalimentario que Rusia impuso a la UE en respuesta a sus sanciones antirrusas.
Con un intercambio bilateral que ya supera los 2.000 millones de dólares y que ambos países buscan duplicar, según sus diplomáticos, «para el Estado mexicano el nuevo mandato ruso puede significar una oportunidad», sostuvo el investigador.
Esa presencia remozada ocurre en un marco de «confrontación y negociación pragmática de Putin frente a sus adversarios de Occidente».
La reelección garantiza «un Gobierno y un Estado fuerte, que va a garantizar la política exterior consistente de una potencia mundial, para lograr la negociación de acuerdos bastante prácticos», agregó Saldívar.
Rusia podría encontrar en países de América Latina «aliados para crear contrapesos a las presiones de EEUU y Europa en Medio Oriente y Asia central, así como ante la eventual guerra comercial estadounidense contra China que se avecina», indicó.
Esos son los puntos que ahora están siendo «amenazados por la renovada intromisión y por la ola de derechización xenófoba nacional populista, y el proteccionismo comercial», que se extiende por EEUU y Occidente.
También consideró que crea condiciones para «reconfigurar alianzas internacionales no ideológicas, dentro del propio espacio, y en las zonas de influencia de EEUU, como América Latina«.
Un nuevo Gobierno en México, que puede surgir de la oposición, «abriría la puerta a nuevas alianzas comerciales, culturales, tecnológicas y de inversión, con base en acuerdos concretos, para ocupar nuevos espacios, cedidos en las últimas tres décadas».
La política errática de EEUU hacia México en materia comercial, migratoria y de seguridad, «es un espacio ideal para estrenar una nueva estrategia», puntualizó el especialista. (Sputnik)