La Procuraduría General de México (Fiscalía) señaló que los peritajes sobre la trayectoria de los proyectiles y posición de los cadáveres de dos niñas en Nuevo Laredo revelan que los disparos procedieron de un helicóptero militar.
Con esta conclusión los investigadores derrumbaron los intentos iniciales de la Secretaría de Marina, que intentó desvincularse de estos hechos donde perecieron dos niñas y la madre de una de ellas, dejando además a dos menores heridas, a consecuencia de la lucha que se libra contra el crimen organizado en que deja ya más de 200.000 víctimas.
Minutos después de la presentación de la fiscalía, la Armada divulgó un comunicado en que reconocía lo sucedido y anunciaba que «se llevarán a cabo todas las acciones correspondientes, para proporcionar tanto la ayuda, como la reparación integral a los afectados».
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Más adelante, el comunicado menciona que no se tuvo «pretensión alguna de ocultar o minimizar el dolor de los civiles».
En el caso de la familia Rojas Ruíz, la guerra se presentó una noche de sábado hace dos semanas, cuando volvían tranquilamente a su casa de un festejo familiar. Fue en Nuevo Laredo, en el norte del país. Narcos y marinos se estaban tiroteando en el anillo circunvalatorio de la ciudad.
Los primeros desde sus camionetas, los segundos desde un helicóptero. Al parecer, el vehículo familiar pasó por en medio y los marinos les dieron. De los seis que iban en el carro, tirotearon a cinco. La única que resultó ilesa fue otra niña, la tercera hermana ilesa . (ECHA- Agencias)