Penélope Cruz, Javier Bardem y Ricardo Darín derrocharon hoy simpatía y glamour sobre la alfombra roja de Cannes, cuya 71 edición fue inaugurada por su filme «Todos lo saben», una historia muy española dirigida por un iraní, Asghar Farhadi, y recibida en el festival con una fría acogida.
Cruz y Bardem, que primero desfilaron junto a Darín y Farhadi y después con el equipo al completo del filme -Bárbara Lennie, Eduard Fernández, Elvira Mínguez, Inma Cuesta, Sara Sálamo y Carla Campra-, posaron finalmente juntos antes de subir las escaleras de acceso al Gran Teatro Lumière, donde se celebró la ceremonia de apertura de Cannes.
Una alfombra roja en la que por primera vez no hubo autofotos -prohibidas este año por la organización- y que sirvió para inaugurar oficialmente la 71 edición del festival, que se cerrará el día 19 con el anuncio de la película ganadora de la Palma de Oro.
Entre los que compiten por este premio está Farhadi con «Todos lo saben», una película llena de matices y en la que el director iraní vuelve a demostrar que en los conflictos familiares están las historias más universales.
La cinta es en cierta manera la continuación de «Nader y Simin, una separación», «El pasado» y «El viajante», las tres películas que han situado a Farhadi entre los grandes nombres del cine actual.
Con una historia rodada en español y un elenco completamente hispano, Farhadi, ayudado por traductores y expertos, y desde su farsi natal, ha sido capaz de imprimir a la película su sello personal sin perder la esencia de un pueblo castellano y sus habitantes, sus amores, sus recelos y sus venganzas.
Duro trabajo detrás de la preparación de este proyecto, como reconoció Farhadi en una entrevista con Efe. Pero la realidad, añade, es que «la idea de que no hay nada en común entre una cultura a otra y que la gente vive en mundos completamente distintos es una idea falsa».
«Mis películas se basan en los sentimientos humanos y eso es igual y universal, lo único que cambia es el nivel de la expresión. Eso tuve que entenderlo y aprenderlo en este caso, pero lo más profundo es igual que en todo el mundo», precisó.
Una historia que abrió el festival tras una ceremonia en la que el invitado estrella fue Martin Scorsese, pero que aunque era muy esperada en Cannes apenas arrancó unos tibios y muy breves aplausos en el pase de prensa.
Es la primera película en español que inaugura Cannes desde que en el 2004 lo hiciera «La mala educación», de Pedro Almodóvar, lo que emocionaba aún más a los actores.
«Me parece muy excitante poder compartirla por primera vez con la gente, inaugurando un festival como Cannes, creo que es uno de los privilegios más grandes que uno puede tener como actor o actriz», reconocía Bárbara Lennie antes de la primera proyección del filme.
Javier Bardem fue aún más entusiasta: «Abrir Cannes con una película así, con Asghar, con un grupo de actores tan maravillosos y encima con mi mujer, es algo que no se puede mejorar».
De ahí la enorme sonrisa que el actor lució durante su paso por la alfombra roja junto al equipo del filme, que cerró un desfile en el que también se pudo ver al puertorriqueño Benicio del Toro, presidente del jurado de la sección Una cierta mirada.
Los miembros del jurado (i-d) Chang Chen, Kristen Stewart, Ava DuVernay, Denis Villeneuve, Cate Blanchett, Robert Guediguian, Khadja Nin, Andrey Zvyagintsev y Lea Seydoux llegan para la proyección de ‘Everybody Knows’ (Todos Lo Saben) y la Ceremonia de Apertura del 71 ° Festival de Cine de Cannes. EFE/SEBASTIEN NOGIER |
También todo el jurado de la sección oficial, presidido por Cate Blanchett, y que incluye a Kristen Stewart, Denis Villeneuve, Léa Seydoux o Ava DuVernay.
O Julianne Moore, Isabelle Adjani, Cécile de France, Ryan Coogler y Scorsese, que mañana recibirá la Carroza de Oro, premio honorífico de la Quincena de Realizadores de Cannes.
Una muestra del glamour habitual de un festival como Cannes, que sin embargo también tiene hueco para declaraciones más políticas, como supone el hecho de que en la competición por la Palma de Oro haya un filme del iraní Jafar Panahi, sobre quien pesa desde el 2010 una condena a seis años de cárcel que todavía no ha sido aplicada.
«Para mí es un sentimiento muy raro que yo esté aquí y que él no pueda venir como cualquier director y sentir la recepción de su película del público», reconoció Farhadi.
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