ROMA (Italia).- El artista renacentista Miguel Ángel era «zurdo natural» pero se ejercitó desde joven para pintar con la mano derecha para evitar los prejuicios de la época, aunque sí empleaba la mano izquierda en las labores de fuerza como la escultura, asegura el cirujano italiano Davide Lazzeri.
El médico, que indaga «como pasatiempo» en las peculiaridades físicas de los genios del arte, así lo ha defendido en un artículo publicado en la revista estadounidense «Clinical Anatomy» en el que compara los trazos de sus obras con aspectos conocidos de su vida.
Lazzeri señala en su estudio que su objetivo es aclarar qué mano usaba Miguel Ángel Buonarroti y zanjar así el debate entre quienes creen que era zurdo y quienes apuntan a que era diestro.
Su teoría confirmaría lo que consta en la biografía de uno de los asistentes del genio, Raffaello da Montelupo, quien sostenía que el maestro era un «zurdo natural» que usaba la izquierda para las tareas de fuerza y ejercitó la derecha para pintar y diseñar.
Esto, señala el médico, estaría confirmado por la artritis degenerativa que afectó a Miguel Ángel, sobre todo en la mano la izquierda, la que empleaba para usar el cincel y esculpir.
Otro elemento «sugestivo» es que en su juventud, en torno a 1492, realizó un crucifijo para la abadía del Santo Espíritu de Florencia (centro) cuya inscripción fue realizada de derecha a izquierda «muy probablemente» porque aún era más ducho con la izquierda, apunta.
No obstante, pese a que empleara la mano izquierda, también usó la derecha, tal y como demostrarían algunos autorretratos que quedan del maestro renacentista, realizados ya en edad adulta.
El último fue descubierto el pasado febrero por el profesor brasileño Deivis Campos y se encuentra escondido entre los trazos de un retrato de Vittoria Colonna (1525), mientras que otro aparece al margen de unos sonetos y data de 1509.
En ambas figuras se aprecia a un hombre que pinta con la derecha: en el primer caso inclinado y en el segundo con los brazos alzados, como si estuviera pintando un fresco en el techo o, por ejemplo, los frescos de la Capilla Sixtina.
Lazzeri concluye que, a su parecer, ejercitaba la derecha para evitar los prejuicios puesto que en la cultura Occidental, recuerda, «ser zurdo ha estado siempre asociado con aspectos negativos de la personalidad».
«Seguramente ese pensamiento era extremadamente fuerte en los tiempos de Miguel Ángel, incluso más para aquellos artistas que trabajaban constantemente con el clero», supone.
⊕