BULGARIA.- El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, criticó duramente la “firmeza caprichosa” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, señalando que, “con amigos así, no hacen falta enemigos”.
El pronunciamiento de Donald Tusk se realizó ante los periodistas previamente a una reunión de gobernantes europeos dedicada en buena medida a Estados Unidos, a cuya administración cuestiona después de que asumiese el poder.
En ese entonces lo calificó como “amenaza exterior” para la Unión Europea y, más de un año después, cuando algunos de esos temores se han materializado, Tusk ha querido recuperar la beligerancia para elevar el tono del encuentro que mantienen este miércoles en Bulgaria los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
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Sobre la mesa figuraban dos conflictos iniciados por Washington: la salida del pacto nuclear y la amenaza de aranceles al acero europeo.
“Tendremos que actuar por nuestra cuenta. Tenemos potencial suficiente para afrontar el desafío. Lo que necesitamos es unidad política y determinación”, remarcó el ex primer ministro polaco en una declaración a la prensa en Sofía.
Más que a Washington, el mensaje se dirigía a unos gobernantes que en demasiadas ocasiones priman sus intereses nacionales a corto plazo en detrimento de una UE que pierde fuerza ante potencias como Rusia o China.
«Estamos unidos o no seremos nada»
“Para expresarlo de manera simple: o estamos unidos o no seremos nada en absoluto”, resumió Tusk, que alude a la necesidad de cohesión en los ámbitos económico, político y militar.
Sus palabras replican, con mayor rotundidad, la idea que ya esbozaron hace unos días la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, desde Aquisgrán.
Estados Unidos constituye el principal asunto de discusión en la cena de líderes, previa a la cumbre de los Balcanes que se celebra este jueves en Sofía.
Para afinar la estrategia destinada a salvar el pacto nuclear, el colegio de comisarios discutió por la mañana en Bruselas un boceto de los posibles remedios comunitarios.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, han comenzado a concretarlos este miércoles, en particular la protección a las empresas europeas que inviertan en Irán y que puedan verse perjudicadas por las sanciones extraterritoriales que aplicará Washington tras su alejamiento del pacto.
Pero el caso de Total, la empresa europea con más visibilidad en Irán tras el levantamiento de las sanciones en 2015, evidencia la dificultad de este ejercicio.
La petrolera ha anunciado este miércoles que puede verse obligada a abandonar un gran campo de gas en el gigante de Oriente Próximo como consecuencia del castigo estadounidense.
“Nuestros medios están ahí. Los utilizaremos, pero son limitados”, admitió Juncker en conferencia de prensa desde Bruselas esta mañana. (ECHA- Agencias)