LONDRES.- El gobierno británico se mostró hoy partidario de dejar en manos de las autoridades norirlandesas la reforma de la ley del aborto en la provincia, a pesar de que el ejecutivo de poder compartido entre protestantes y católicos está suspendido desde hace 18 meses.
La ministra para Irlanda del Norte, Karen Bradley, recalcó en el Parlamento de Londres que su prioridad es trabajar con los partidos de la región para restaurar la autonomía, al tiempo que se declaró a favor de suavizar la legislación vigente, una de las más duras de Europa.
«Es un asunto que atañe al pueblo de Irlanda del Norte«, dijo Bradley durante el debate en la Cámara de los Comunes, donde algunos miembros del Ejecutivo de la primera ministra, la conservadora Theresa May, también se han mostrado a favor de liberalizar el aborto en el Ulster.
Aunque la sesión parlamentaria no estuvo convocada para votar sobre esta cuestión, sirvió para aumentar la presión sobre May, quien gobierna en minoría gracias a los diez diputados del ultraconservador Partido Democrático Unionista (DUP), el principal representante de la comunidad protestante norirlandesa.
Su jefe de Disciplina Interna en Westminster, Jeffrey Donaldson, afirmó hoy que las restricciones impuestas para terminar los embarazos han salvado más de «100.000 vidas» en Irlanda del Norte desde 1967, cuando los políticos de la región rechazaron la legislación introducida ese año para el resto del país.
A diferencia de Inglaterra, Escocia y Gales, donde es legal, el aborto está regido en Irlanda del Norte por leyes que establecen que la terminación del embarazo es delito, excepto cuando corre peligro la vida de la madre o hay riesgo de que la mujer sufra problemas físicos o mentales si continúa con la gestación.
Donaldson también señaló que otros partidos norirlandeses, como el Sinn Fein, principal entre la comunidad católica, tienen en sus filas miembros con posiciones provida, como todo el DUP, lo que da idea, dijo, de la complejidad de este asunto en la región.
La líder del Sinn Fein en Belfast, Michelle O’Neill, declaró hoy fuera de Westminster -donde el partido mantiene una abstención histórica- que es necesario suavizar la ley del aborto para dejar de «criminalizar» a las mujeres.
La formación nacionalista defendió el «sí» a la reforma del aborto en el referéndum celebrado el 25 de mayo en la vecina República de Irlanda, lo que llevará al gobierno de Dublín a permitir la interrupción del embarazo en todas las circunstancias durante las primeras doce semanas y, en casos excepcionales, hasta las veinticuatro.
En este sentido, Bradley recordó hoy durante el debate que May ha sido «clara» en su «defensa del derecho de las mujeres» a «tener acceso a abortos seguros» y, en consecuencia, «celebró el resultado» del referéndum irlandés.
La líder «tory» también ha indicado que el aborto debe de ser tratado por los políticos norirlandeses y, de momento, no quiere tomar cartas en el asunto desde Londres, pues, según los medios, el DUP podría retirar su apoyo en el Ejecutivo.
EFE/Foto: nuevospapeles.com