La selección peruana ya está en Moscú para jugar el Mundial de Rusia 2018 como un equipo que despierta inquietud, dudas y temor de los rivales que como plañideras, recogen toda clase de versiones para caer que de Perú todo se puede esperar.
Lo cierto es que Perú no apunta a ningún objetivo que no sea la clasificación en el Grupo C para ir paso a paso y mirar hacia adelante con la ilusión del pirata y su eterna búsqueda de la isla del tesoro. Encontrarla ya es otra cosa.
La bicolor gravita entre el pelotón de media tabla (que ya es algo) ante los superpesados, Brasil, Alemania, Argentina y España el póquer de ases deslizados en el tobogán de los favoritos.
Sin embargo, de este Perú versión verde esperanza, se puede apostar a ganador. Está hecho de madera fina, de colores fluorescentes, acopio de virtudes, geniecillos que si los dejan sueltos, harán bajar la cabeza al más pintado.
La presencia de Paolo Guerrero potencia el ataque. Diríamos que el once está completo. Con dudas por el tema de si la dupla Guerrero-Farfán puede ser lo más conveniente o es mejor dejar a la ‘Foquita’ fuera de la alineación y permitir que el ‘Orejas’ Flores esté desde el arranque.
Cuestión de gustos y preferencias aunque se diría que será mejor dejar al crack del Lokomotiv en banca y darle minutos en el instante en que se necesite darle al equipo un arma de ataque variado y graneado.
Quedan pocos días para que el ‘Tigre’ se decida, su elección será lo mejor. Ya sabe cómo hacerlo, confiamos en que no se equivoque. Perú debe saldar el partido contra Dinamarca con un triunfo para no sufrir un ataque de nervios en los dos siguientes partidos, contra Francia y Australia.
Tenemos ataque que puede darnos la posibilidad del gol y un mediocampo con marca y creación. De esa zona nacen los sorbos dulces para meter miedo en el área adversaria.
Y la defensa no tiene agujeros, está pareja. No se puede mover la zaga y tampoco al arquero Pedro Gallese, un guardián del arco que no deja rendijas y trasmite seguridad.
Así, la bicolor tiene todo listo para saltar a escena mundialista y cautivar al gran público. (Hugo Laredo Medina).