Mundial Alemania 2006: Un árbitro mostró en un solo partido 16 tarjetas

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Alemania acogió el último Mundial disputado en el Viejo Continente. Fue en el 2006 y fue la segunda ocasión en la que lo hacía. Como ocurrió en 1974, de nuevo los germanos no fallaron y ofrecieron un campeonato con unas instalaciones espectaculares (destacaba la creación del Allianz Arena en Munich y la remodelación del viejo estadio Olímpico de Berlín) y la más alta de las comodidades tanto para jugadores como para telespectadores. 1280 millones de euros invertidos en infraestructura para un campeonato que fue visto por más de 300 millones de personas estableciéndose un nuevo récord de audiencia televisiva.

 

El árbitro ruso Valentin Ivanov enseñó el mayor número de tarjetas en un partido (12 amarillas y 4 rojas) en el partido entre Holanda y Portugal de cuartos de final.

Participaron como ya ocurrió en los anteriores Mundiales un total de 32 selecciones que se dividieron en ocho grupos. Entre ellas, todas las grandes potencias y algunos países exóticos como Togo, Trinidad y Tobago o Angola. 32 combinados que protagonizaron un Mundial duro, repleto de tarjetas y con poco bagaje de juego donde el gol era una excepción, convirtiendo el torneo en un acontecimiento de contrastes, fascinante a nivel organizativo, decepcionante en el deportivo. Ninguno de los 23 seleccionados de Costa de Marfil jugaba en un club de su país. Fue la primera vez que sucedió algo así.

La fase de grupos apenas trajo sorpresas. España, con una generación joven de futbolistas enamoró al mundo con su contundente victoria ante Ucrania por 4-0 avisando de que el futuro sería suyo. Todas las grandes potencias pasaron, unas con más sobresaltos que otras, como Italia o Francia, que abocada al segundo puesto de su grupo hubo de vérselas en octavos con España en el gran partido de la segunda fase.

Precisamente, ese encuentro iba a marcar un punto de inflexión en el campeonato. Esa España ilusionante y joven con un juego atractivo y alta capacidad goleadora se iba a ver sorprendida por una Francia envejecida donde Zinedine Zidane capitaneaba un grupo donde aún permanecían muchas de las viejas glorias campeonas de 1998.

Una polémica decisión arbitral como la vivida en el Italia 1-Australia 0, donde Totti iba a transformar un penalti en el minuto 95. Destacable fue en esta ronda que Suiza caía eliminado protagonizando un curioso registro: se fue del Mundial eliminada en la tanda de penaltis y sin haber encajado un gol en todo el campeonato.

Con la mayoría de los grandes en cuartos, la antepenúltima ronda no decepcionó. Portugal eliminó a Inglaterra de nuevo en la tanda de penaltis y con Ricardo como salvador a imagen y semejanza de lo ocurrido dos años antes en la Eurocopa. Francia ganó eliminó por 1-0 a una Brasil decepcionante donde lo más destacado fue que Ronaldo se convirtió en el máximo goleador de la historia de los Mundiales con 15 tantos superando al alemán Gerd Muller (14) y al francés Just Fontaine (13).

Argentina fue eliminada por Alemania en una emocionante tanda de penaltis con Lehman de protagonista (sustituyó en la portería a Khan en una de las decisiones más cuestionadas). Sin hacer ruido, Italia goleó a Ucrania por 3-0 mostrando su típico juego especulativo.

Las semifinales trajeron emoción a raudales. Francia, con Zidane de protagonista, eliminó a Portugal por un corto 1-0 convertido de penalti por el 5 madridista. Italia ganó en la prórroga a Alemania por 0-2 mostrando una imagen ambiciosa y una versión ofensiva pocas veces vista. Así pues, la final estaba servida. Italia-Francia revivían la final de la Eurocopa del año 200o. Y lo hacían con el árbitro Horacio Elizondo de testigo, curiosamente el mismo que había abierto el Mundial.

El gran partido por el título no defraudó. Zidane marcó a lo panenka ante Buffon a los siete minutos. Materazzi a los 19 empató. Como si de una premonición se tratara, ambos iba a protagonizar una de las imágenes de la historia de los Mundiales. En plena prórroga, el astro francés provocado por el defensa transalpino iba a agredir con un cabezazo a Materazzi forzando su expulsión en sus últimos minutos como profesional.

Con Francia con diez hombres se llegó a los penaltis, donde Italia aprovechó un fallo de Trezeguet para proclamarse campeona del mundo por cuarta vez. Italia ganó, posiblemente de forma justa, como también justo fue que Klose acabara como máximo goleador y que Zidane se llevará el Balón de Oro al mejor jugador de ese año.

Fuente: colgadosporelfutbol.com

 

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