BERLÍN.-El rechazo de la canciller alemana, Angela Merkel, a integrar el “Eje” con Austria e Italia contra la inmigración ilegal , desató una nueva crisis en la coalición de gobierno integrado por partidos de la ultraderecha que virtualmente se declararon en “rebeldía”.
El ministro del Interior, Horst Seehofer , de la conservadora Unión Social Cristiana de Baviera no solo defiende el mencionado “Eje” sino que amenaza con obligarla a convocar de nuevo elecciones si no se doblega a sus exigencias en política de integración.
De cumplir con esa amenaza terminaría destituido y después «¿habría que convocar de nuevo elecciones?», se preguntaban anoche los analistas políticos de Berlín.
La tensión va en aumento desde el pasado miércoles, cuando Merkel zanjó ante el canciller de Austria, Sebastian Kurz, que Alemania no participará en ningún eje con Roma y Viena para modificar de facto la política europea de refugiados, desautorizando así a Seehofer, que había coqueteado abiertamente con esa posibilidad.
A modo de respuesta, Seehofer reventó una reunión de los dos partidos conservadores, destinada a cerrar un programa sobre refugiados que presentar a los presidentes de los Bundesländer, presentándose con un catálogo de exigencias inasumibles para la canciller Merkel.
En busca del consenso, ella se doblegó este jueves y aceptó la posibilidad de rechazar en la frontera alemana a los refugiados a los que anteriormente se les haya negado el asilo en este país y que pretendiesen volver a entrar en su territorio.
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Pero no fue suficiente para Seehofer quien reclamó además que también sean devueltos en la frontera todos aquellos refugiados que se hayan registrado ya en algún otro país de la Unión Europea y aquellos que no tengan documentos válidos.
Esta reclamación está en línea con lo establecido en la Convención de Dublín, que señala que cada Estado se responsabiliza de los inmigrantes que pisan por primera vez Europa en su país, pero Merkel lleva defendiendo desde 2015 que, dada la actual situación, esa norma sometería a los países europeos periféricos del sur a una presión migratoria que no podrán soportar, por lo que trata de promover un acuerdo europeo de reparto.
En caso de ceder, Merkel estaría invalidando todo su discurso sobre refugiados.
En el fondo es una discusión que enfrenta a Merkel y Seehofer desde hace años, pero el hecho de que Baviera se encuentre en precampaña electoral y el temor de la CSU a dejar el mínimo espacio libre que pueda ocupar el partido Alternativa para Alemania (AfD), la formación antiinmigración y anti europea que ya ha entrado en el Bundestag y que amenaza con relegar a la CSU de su categoría de intocable en Baviera, ha elevado el tono de Seehofer. (ECHA-Agencias)