Ricardo Gareca eligió iniciar el partido con Jefferson Farfán pero cuando necesito más peso ofensivo porque Dinamarca estaba en ventaja no dudó en mandar al campo a Paolo Guerrero, quien pudo estar presente en el histórico regreso de Perú a un Mundial después de 36 años.
Fue una respuesta lógica. Cuando Yussuf Poulsen marcó el 1-0 para Dinamarca, el entrenador argentino Ricardo Gareca jugó su mejor carta. El partido estaba parejo y Perú se plantaba de tú a tú frente al conjunto danés, pero ese gol obligó al DT a mover las piezas: llamó a Paolo Guerrero y lo puso en cancha.
Los hinchas peruanos presentes en el Mordovia Arena de Saransk deliraron al ver a su ídolo parado en la línea de cal a punto de ingresar al partido. El ‘Depredador’, que consiguió el permiso para jugar el Mundial unos días antes del inicio de la competencia, hizo su estreno mundialista en el minuto 62 al reemplazar a Edison Flores.
Jefferson Farfán se retrasó unos metros en el campo y le cedió el centro del ataque a Guerrero, máximo goleador de la historia de la bicolor, mostró actitud para motivar a su equipo a que busque el empate. Él mismo tuvo una posibilidad muy nítida en el minuto 78, cuando recibió de espaldas en el corazón del área, remató de taco y su tiro salió muy cerca de uno de los postes de la portería defendida por Kasper Schmeichel.
Jugó mucho de espaldas al arco y luchó con los jugadores daneses para generar espacios a sus compañeros. Fueron poco más de 20 minutos de juego en los que no contó con muchas chances reales de marcar más allá de ese disparo con el taco y un cabezazo que terminó en las manos del guardameta contrario.