TEL AVIV/Israel.- Tras ser extraditado por Guinea Ecuatorial, el exministro de Energía e Infraestructuras, Gonen Segev, es procesado en Israel por espiar en favor de Irán y ayudar al enemigo en tiempo de guerra.
Segev fue inculpado formalmente por el Shin Bet (la agencia de seguridad interior y contraespionaje) , ratificada el pasado viernes por la fiscalía del distrito de Jerusalén y avalada por el fiscal general.
Los abogados del exministro admiten la gravedad de los cargos, pero confían en que cuando se levante por completo el secreto del sumario su cliente pueda demostrar que solo se hizo pasar por espía para poder colaborar con los servicios de seguridad de su país.
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Las tribulaciones que han marcado su existencia, reseñadas con detalle por la prensa hebrea, restan crédito a esta estrategia de defensa.
Gonen Segev llegó a ser la encarnación del éxito en Israel —que pasa sucesivamente por el Ejército, la política y los negocios—, pero su peripecia vital se torció.
Nacido hace 62 años, en los albores del Estado judío, brilló como capitán de la Fuerza Aérea, se tituló como médico en la Universidad de Ben Gurion, y en 1992 resultó elegido diputado.
Tres años después, fue designado ministro en el Gobierno de coalición dirigido por Isaac Rabin y ratificado por su sucesor, Simón Peres, tras el asesinato del primer ministro laborista,
Los servicios de seguridad le advirtieron en 2002 de que no viajara al exterior para suscribir un ventajoso contrato, ya que se trataba de una treta de Hezbolá a fin de secuestrar a ciudadanos israelíes.
Al año siguiente fue visto sacando grandes sumas de dinero de cajeros automáticos en Hong Kong. Denunció que le habían robado la tarjeta de crédito, pero en todas las grabaciones de seguridad de los bancos solo aparecía él retirando el dinero.
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Entonces el juez israelí le libró de la cárcel con una condena condicional pero un año después volvió a ser detenido cuando intentaba introducir en Israel 32.000 pastillas de éxtasis que había transportado desde Holanda.
En el aeropuerto de Ámsterdam se valió de su antiguo pasaporte diplomático, cuya vigencia había retocado con un rotulador, para poder sortear los controles.
El exministro fue condenado en el 2005 a cinco años de cárcel, de los que solo cumplió dos por buen comportamiento. El Colegio de Médicos le retiró la licencia por sus antecedentes criminales.
A la salida de la prisión Segev abandonó Israel marcado por el fracaso. Residía en Nigeria en los últimos años, donde había vuelto a ejercer su profesión. El pasado mayo viajó a Guinea Ecuatorial, donde fue sorprendentemente arrestado a causa de su pasado delictivo. (ECHA – Agencias)