La selección peruana soltó las amarras que contuvo sus ansias de ganar en los dos primeros partidos ante Dinamarca y Francia para, ante Australia, santificar su despedida con un triunfo que alivia el dolor de no pasar a octavos de final del Mundial de Rusia 2018.
Fue en esencia la mejor presentación de la bicolor en la cita mundialista. Un triunfo anhelado que rompe la amarga espera de 40 años sin ganar en un Mundial. La última vez fue en Argentina 78 con la goleada 4-1 a Irán.
Al menos nos vamos del mundial sin ser goleados como ocurriera antes en México, Argentina y España. Nos despedimos ganando, de la mejor forma. Con una frutilla en el pastel. Con goles de marca mundial.
André Carrillo y Paolo Guerrero aderezaron la victoria de la bicolor en un partido en que se mezclaron como ingredientes la tristeza y la frustración muy bien reflejada en el llanto de Christian Cueva.
Cueva lloró y podemos interpretar que sus lágrimas se dieron por no haber anotado el penal ante Dinamarca. Es algo que deberá superar porque es parte del fútbol y más pesa lo que ofreció por la selección de alguna astilla molestosa que empañara su entrega.
La selección peruana dejó la sensación de haber hecho algo más. De haber pasado a octavos de final que el propio André Carrillo reconoció en la conferencia de prensa.
Lo hecho por la selección peruana deja a todos conformes. De haber apreciado a una generación que debe mantenerse como recaudo para clasificar a Qatar 2022. Es la mejor propuesta, fortalecida por un trabajo bien elaborado por la Federación Peruana de Fútbol que encabeza Edwin Oviedo.
Por ahora tenemos que disfrutar de esta victoria ante Australia donde mantuvieron su nivel de entrega Advíncula, Yotún, Flores, Santamaría, Ramos y Gallese. Igualmente Cueva, Carrillo y Paolo Guerrero.
Hay equipo, tenemos un futuro que permite estar tranquilos pero todo está en que no se disuelva lo avanzado. (Hugo Laredo Medina).
Perú gana 2-0 a Australia y se va con la frente en alto de Rusia 2018
Fotos EFE