WASHINGTON.- La Administración del presidente Donald Trump esta madrugada activó la aplicación de aranceles a más de 800 productos chinos por un valor de US$ 34.000 millones mientras Pekín contraatacó con medidas similares.
La medida entró en vigor un minuto después de las 12 de la noche, convirtiéndose en el primer bombardeo duro de una contienda declarada hace meses pese a la respuesta china que fue inmediata y de la misma intensidad.
Las promesas de apertura del régimen chino no han convencido en Washington, donde no solo la Administración del republicano Donald Trump acusa a Pekín de competencia desleal, sino también los demócratas, aunque difieren de la estrategia impulsada por el magnate y, aun más, del hecho de que ponga a los países aliados en el mismo saco.
De esta manera EE UU aplica un nuevo arancel del 25% sobre una lista de 818 productos procedentes de China (pertenecientes a la industria aeroespacial, tecnologías de la información y la comunicación, robótica, maquinaria o automoción, entre otros) que suman 34.000 millones de dólares en importaciones anuales aproximadamente.
El lote afectado ha dejado fuera finalmente aquellos artículos que compran las familias estadounidenses, como los teléfonos móviles o los aparatos electrónicos, pero el impacto se podrá sentir igualmente en la economía estadounidense: muchas factorías, como las automovilísticas, reciben componentes de otras plantas del gigante asiático.
China, que había prometido una reacción inmediata, se abstuvo en un primer momento de anunciar que efectivamente sus aranceles entraban en vigor, lo que creó confusión sobre cuál era exactamente la respuesta de Pekín.
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La falta de un comunicado oficial de las autoridades aumentó las dudas al respecto pero. horas más tarde, la agencia oficial Xinhua confirmó que las tarifas se activaron un minuto después de que lo hicieran las estadounidenses, siendo los productos afectados los mismos que aparecieron en una lista anunciada a mediados de junio, es decir, 545 categorías como la soja, el cerdo, el acero, el wiski o los automóviles, entre otros.
Un volumen de mercancías cuyo valor de importación asciende a otros 34.000 millones que recibe una tasa adicional del 25%.
El Ministerio de Comercio chino, en un comunicado, cargó duramente contra la administración estadounidense, acusándola de «bullying» y de «poner en riesgo la cadena de valor global». También consideró que EE UU «ha lanzado la mayor guerra comercial de la historia económica hasta la fecha».
«La parte china prometió no realizar el primer disparo, pero para defender los intereses fundamentales del país y los de su gente, nos hemos visto forzados a contraatacar», dice el texto. Las autoridades, además, han anunciado que el país acudirá a la Organización Mundial del Comercio (OMC) para denunciar la acción estadounidense y que trabajará con otras naciones «para salvaguardar conjuntamente el libre comercio y el sistema multilateral».
Tras esta oleada, hay una lista adicional preparada en Washington para otros 284 productos chinos (estos sí de consumo) por un montante de 16.000 millones que se encuentra en consultas y que también será respondida por China. Además, ambas potencias se han cruzado amenazas de nuevos gravámenes aduaneros por hasta 400.000 millones más. (ECHA- Agencias)