WASHINGTON (EEUU).- El obelisco levantado en honor al primer presidente de EEUU, George Washington, (1789-1797) fue testigo hoy de la histórica rivalidad entre dos de las mejores collas de «castellers» de Cataluña, que causaron asombro entre los cientos de curiosos que se acercaron a la explanada del Mall.
«Es simplemente fenomenal, muy impresionante. No solo la fuerza que hace falta, sino la confianza y la cooperación que transmiten. Niños, jóvenes, adultos y gente mayor van al unísono para conseguir una obra de arte», dijo a Efe el norcarolino Bill Mansfield mientras las collas se disponían a alzar su tercer castillo humano.
La Colla Vella Dels Xiquets de Valls, fundada en 1801, y la Colla Joves Xiquets de Valls, que nació en 1813, trasladaron así por primera vez su auténtica competencia cotidiana a más de 6.420 kilómetros de distancia de la pequeña ciudad de Valls.
Esta «muy intensa» rivalidad entre ambas organizaciones, según palabras de la vicepresidenta de la Colla Vella, Lurdes Quintero, ha sido una de las claves para su supervivencia y crecimiento a lo largo de los últimos dos centenarios.
«Fuera de la plaza tenemos relación con los de la otra (colla), pero dentro la rivalidad es muy intensa y el ambiente se crispa mucho», reconoció Quintero en declaraciones a Efe.
Los «rosados» (Colla Vella) y los «rojos» (Colla Joves), denominación dada por sus respectivas equipaciones, salieron al césped de la explanada del Mall con amplias sonrisas en sus caras pero con la responsabilidad de hacer una notable actuación ante un público mayoritariamente desconocido.
Además de ser de calidad, sus castillos debían ser «mejor o mucho mejor» que los de sus eternos rivales, señalaron a Efe desde ambas facciones.
Por petición del Instituto Smithsonian, las collas levantaron los castillos humanos de manera casi simultánea, un tipo de actuación alejada de la competición regular, en la que cada grupo forma sus «castells» de manera separada.
Así, los centenares de espectadores que se congregaron delante del monumento a Washington pudieron disfrutar de varios tipos de castillos (3 de 8, 4 de 8 con pilar y 4 de 8, entre otros) a lo largo de más de una hora bajo el sol washingtoniano.
«Lo más increíble son los niños. Es una pasada la serenidad con la que llegan a lo más alto, alzan el brazo y vuelven a bajar», señaló entusiasmada Eva Phillips, una mujer de 62 años que nunca había oído hablar de los «castellers» y que estaba hoy en primera fila.
Oleguer y Elia, por parte de la Colla Jove, y Sofia, Sam, Selma y Adrià, por parte de la Colla Vella, todos niños de entre 5 y 8 años y algunos compañeros de colegio, fueron las «enxanetas» encargadas de coronar los castillos en el cielo de la capital estadounidense.
El simpático y espabilado Oleguer, que se llevó la ovación del público al alcanzar la cima de los «castells» en dos ocasiones, señaló que había disfrutado «mucho» de la experiencia en Estados Unidos con toda su colla, una experiencia nueva para este grupo bicentenario.
Por su parte, la vicepresidenta de la Colla Jove, Raquel Sans, indicó a Efe que «la oportunidad de haber podido exportar esta tradición a un lugar con la repercusión de Washington, es motivo de gran orgullo para todo el grupo».
Después de la amistosa competencia de hoy, el jefe de la Colla Vella, Albert Martínez, máximo encargado de dirigir paso por paso el alzamiento de los castillos humanos, se mostró «muy satisfecho» con el trabajo realizado.
«Todo ha salido según lo planeado, estoy muy satisfecho y orgulloso del trabajo realizado aquí», analizó Martínez.
Tras completar con éxito sus actuaciones, los vallenses de ambos lados de la rivalidad «castellera» abandonaron el césped del Mall para dejar de lado sus diferencias y volver a hablar con sus vecinos, familiares e, incluso, parejas que compiten en el otro bando.
¿Qué son exactamente los castellrs?
Castellrs es una palabra catalana que significa castillos, es un fenómeno cultural particular de Cataluña y consiste en la construcción de torres humanas. Esta tradición se originó a finales del siglo XVIII en Valls, Tarragona, cuando grupos rivales llamados colles comenzaron a competir en la construcción de los diferentes tipos de torres humanas que hoy conocemos.
EFE/Alex Segura Lozano
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