Los venden, los donan a escuelas y universidades, e incluso han pensado en destruirlos. Los diccionarios de la Real Academia Española, cuya primera edición data de 1780, ya no son tan codiciados como lo fueron antiguamente.
«No se pueden imaginar cómo están los almacenes de (la editorial) Espasa Calpe, llenos de ejemplares que no se han vendido», señaló el académico Pedro Álvarez de Miranda, miembro de la Real Academia Española (RAE), durante una conferencia.
«Hubo un error de cálculo clamoroso y se pensó que se iban a vender más de los que se vendieron, pero la gente prefirió no gastarse los 99 euros en el papel y esperar a la versión digital«, añadió.
A raíz del asunto, la antigua institución estaría evaluando la posibilidad de dejar de imprimir sus diccionarios.
«La pregunta (sobre el formato) está en el aire y yo no tengo la respuesta, pero el hecho de formularla ya señala por dónde van las cosas», planteó el mismo académico.
«Si se impone la racionalidad, la tirada en papel podría ser muy corta, para coleccionistas o nostálgicos», aseguró.
Los ejemplares en cuestión corresponden a los de la 23° edición en papel del Diccionario de la Lengua Española, que salió a la venta en 2014, con una tirada de 50 mil ejemplares.
«Ahora no sabemos qué hacer con ellos y por eso se están regalando a las escuelas», señaló Álvarez.
En contraste, las consultas en línea de la última edición del Diccionario de la Lengua Española (DLE) alcanzaron, en el 2017, cerca de 750 millones, con una media de consultas mensuales de 65 millones.
La RAE quiso matizar las declaraciones de Álvarez, asegurando que se están realizando «operaciones especiales» que consisten en donaciones de ejemplares a países de África y a distintas comunidades autónomas españolas. A Costa de Marfil, por ejemplo, se donaron 2,500 ejemplares.
Fuente: Emol.com