MOSCÚ/Rusia.- Las potente ola de calor hizo saltar las alarmas en el norte de Europa, donde la temperatura en la otrora gélida Siberia llegó a los 40 grados confirmó el Centro Hidrometeorológico de Rusia mientras que situación similar se registra en Canadá.
La situación se veía venir desde junio en que la media de temperatura de toda la región fue ocho grados más alta de lo habitual, y el calor intenso estuvo presente de forma excepcional también en la primera semana de julio, por lo el fenómeno se le bautizó en Italia como «Lucifer».
Situaciones de calor extremo se han registrado también en los últimos 60 días en regiones frías como Escandinavia, Reino Unido, Irlanda y Canadá.
Los expertos coinciden en que estos eventos climáticos encajan en los escenarios previstos por la comunidad científica como consecuencia del calentamiento global. Pero hacen falta más estudios para vincular directamente un episodio en concreto al cambio climático, según alertan.
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La ola de calor en Siberia ha provocado problemas serios a los habitantes de la región, según la Organización Mundial de Meteorología (OMM). En distintas localidades se alcanzaron repetidamente los 40 grados centígrados a lo largo del mes de junio.
Este experto de eventos extremos y cambio climático publicó el pasado 2 de julio en su blog un post en el que explicaba con asombro lo que estaba pasando en Siberia. “Es absolutamente increíble, uno de los eventos de calor más intensos que haya visto nunca en una latitud tan septentrional”, comentó.
Humphrey afirma que el descenso del volumen de hielo por la ola de calor siberiana afectó sobre todo la costa ártica rusa.
An even hotter day across northern Europe yesterday! Exceptional heat wave continues:https://t.co/Tn7K2l1fwW pic.twitter.com/pqhXnyY3Zd
— severe-weather.EU (@severeweatherEU) July 19, 2018
Hubo grandes incendios, falta de energía eléctrica, disfunciones en transportes y otros servicios públicos y ahogamientos de personas que se tiraron al agua para huir del calor.
El humo de los fuegos hasta llegó a alcanzar Canadá y Estados Unidos, según Copernicus, el sistema de monitoreo vía satélite de la Agencia Espacial Europea, y la NASA.
“Los principales efectos fueron el derretimiento del hielo marino en el mar Laptev y del permafrost [las capas de suelo o submarinas permanentemente congeladas] de la superficie terrestre y submarina”, asegura el meteorólogo estadounidense Nicholas Humphrey a EL PAÍS en un correo.
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Un rápido calentamiento del mar puede acelerar la emisión de gases como el CO2 y el metano desde el permafrost, considera este experto.
Dijo que estas emisiones pueden tener graves consecuencias en otras zonas del hemisferio norte, así como alteraciones negativas en la corriente en chorro polar, uno de los factores principales de influencia de las condiciones meteorológicas en las latitudes medias.
La OMM dio cuenta en su último informe periódico, con fecha del 19 de julio, de muchos de los eventos extremos ocurridos en distintos puntos del planeta. La nota dominante fue el calor.
A principio de mes más de 50 personas fallecieron por una importante ola de calor en el este de Canadá. En distintos puntos de California se batieron varios récords con temperaturas por encima de los 45 grados durante la primera semana de julio, según el Servicio Meteorológico Nacional de EEUU. (ECHA – Agencias)