BOGOTÁ.- En su último discurso como presidente ante el Congreso, en la instalación de la legislatura 2018-2022, el mandatario saliente, Juan Manuel Santos, exhortó a su sucesor, Iván Duque, y dirigentes de las desmovilizadas FARC a defender la paz que está naciendo.
El mandatario saliente hizo un balance a grandes rasgos de su obra de gobierno, con énfasis en la que fue su principal bandera, la paz, reconociendo algunas falencias y con recomendaciones, que bien pueden considerarse peticiones, para su sucesor, Iván Duque.
Con varias líneas dedicadas a darle la bienvenida a los miembros de la desmovilizada guerrilla de las Farc a la vida política legal, lo que significa, según sus palabras, la clara muestra de que la democracia colombiana está hoy más fortalecida.
“Podemos no estar de acuerdo —y no lo estoy— con su ideología, pero de eso es de lo que se trata la democracia: de resolver las diferencias mediante el debate de las ideas y no por la violencia. Señores congresistas del partido FARC: ahora que han dejado las armas, ahora que han aceptado aportar a la verdad y acogerse a la justicia transicional, ahora que han jurado respetar nuestra Constitución y las normas y principios de nuestra república, bienvenidos a este templo de la democracia”, dijo el primer mandatario al inicio de su intervención en el Capitolio.
“Cuando hace ocho años dije —en mi discurso de posesión— que la puerta del diálogo no estaba cerrada, muchos se llamaron a escándalo, cuando no hacía otra cosa que proclamar mi obligación constitucional de buscar la paz como un derecho y también un deber de obligatorio cumplimiento. Pude haberme quedado quieto. Pude haber seguido la inercia de la guerra, en la que ya había sido exitoso, como me lo sugirieron muchos. Pero ni mi conciencia ni la historia me lo hubieran perdonado”, enfatizó.
Más presupuesto para la educación
Para el jefe de Estado, ese acuerdo que tantos critican ha servido para tener un mayor presupuesto en la educación, para atraer más inversionistas, para superar el miedo, para tener un país con la tasa de homicidios más baja de los últimos 40 años, para disminuir el número de secuestros, de víctimas por minas antipersonal, de atentados terroristas y de soldados heridos en combate.
“Cuiden la paz que está naciendo. Cuídenla, defiéndanla, luchen por ella. Porque es el bien más preciado que puede tener cualquier nación. Cuiden la paz para que crezca fuerte, para que dé sus frutos, porque Colombia merece vivir en paz”, enfatizó.
La palabra empeñada
El presidente Santos mencionó que la palabra empeñada en ese acuerdo de paz no es la de él sino la del Estado, y está consignada en la misma Constitución, por lo que su llamado fue a seguir adelante con la implementación, que deja avanzada. De ahí su advertencia ante los anuncios, precisamente de Duque y el uribismo, de querer hacer cambios a lo pactado.
“Si se persiste en la pretensión de cambiar puntos sustanciales del Acuerdo, se corre el riesgo de, ahí sí, hacer trizas la gobernabilidad y malgastar el tiempo de este Congreso en el empeño inútil de cambiar el pasado, en lugar de dedicarse a la tarea positiva de construir un mejor futuro sobre las bases de reconciliación que dejamos sentadas”.
En su discurso, el primer mandatario rogó porque impere la buena voluntad del Eln y del gobierno entrante para seguir dialogando, en la búsqueda de una paz completa.
Cese al fuego verificable
Ratificó que los esfuerzos en estas últimas semanas que le quedan de mandato están concentrados en la dejar andando un cese al fuego verificable y un acuerdo marco sobre los demás temas de la agenda.
“Esperamos, dios quiera, que la buena voluntad prime en el gobierno y en los miembros de este último reducto guerrillero, para que se erradique totalmente esta larga, larguísima etapa de la violencia con raíces políticas en nuestro país”, manifestó.
Siguiendo con los mensajes al nuevo gobierno, Juan Manuel Santos hizo un llamado a enfrentar con decisión los asesinatos de líderes sociales, así como a seguir combatiendo con contundencia otros delitos que afectan el día a día de los ciudadanos, como el hurto y la extorsión, para lo cual, según él, se cuenta hoy con unas Fuerzas Armadas modernas, fortalecidas y motivadas. Y llegó al espinoso tema del narcotráfico, marcando distancia de varias de las propuestas de Duque en ese sentido: “Volver al pasado, a la fumigación, y meter a la cárcel a los campesinos y a los consumidores —que son más bien víctimas y enfermos—, sería volver al fracaso. Hay que arreciar, eso sí, la mano dura contra los traficantes y las mafias”. (ECHA- Agencias)