AUSTIN/Estados Unidos.- Las altas temperaturas veraniegas están azotando estos días con especial intensidad el suroeste de EEUU debido a la llegada de un frente africano que ha elevado las temperaturas por encima de los 42 grados centígrados, un hecho con notables efectos para la salud y la economía.
El Servicio de Meteorología nacional confirmó hoy que la ola de calor, que comenzó a principios de julio y afecta a estados como California, Arizona o Texas, se mantendrá al menos hasta el próximo jueves con temperaturas cercanas a los 46 grados centígrados durante el día y 35 en la noche.
La combinación de partículas de arena procedentes del Sahara y la contaminación, junto a las temperaturas intensas, generan un clima desértico con brumas y un empeoramiento de la calidad del aire que perjudica a las personas con afecciones cardíacas o pulmonares, adultos mayores y niños.
Las autoridades sanitarias alertaron a la población para que tomen precauciones en sus actividades cotidianas, en especial si permanecen en el exterior en las horas centrales del día, cuando se espera que los índices de los rayos ultravioletas se sitúen en niveles «extremos».
El portavoz del Departamento de Salud de Texas, Chris Van Deusen, explicó a Efe que desde el comienzo del verano mantienen una campaña para protegerse del calor con consejos basados en el sentido común.
«Las personas deben permanecer en el aire acondicionado tanto como sea posible y realizar tareas al aire libre a primera hora la mañana o por la noches», detalló Van Deusen, que abogó porque se conozcan los síntomas de agotamiento o golpes de calor, «para saber qué hacer si los experimentan».
La situación climática actual también puede provocar incendios naturales o afectar a las labores de extinción, como por ejemplo en California, donde al menos seis fuegos activos mantienen a las autoridades estatales en alerta.
En el área del Condado de Mariposa, al sureste del Parque Nacional Yosemite, las llamas desatadas el pasado 13 de julio han consumido 9.264 hectáreas, en un incendio que tan solo está contenido en un 7 %, lo que tiene a casi 3.000 bomberos trabajando a marchas forzadas para impedir que se extienda.
La economía y la producción energética son otros de los sectores implicados en la ola de calor del suroeste del país, con un incremento de la demanda que repercute en el coste de la factura de los usuarios.
Según cifras del Consejo de Fiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT, por sus siglas en inglés), los texanos consumieron 73.259 megavatios de energía solo en la franja horaria entre las 4 y las 5 de la tarde de la jornada del jueves 19 de julio, superando en más de mil megavatios el mayor pico de 2016.
ERCOT asegura que tienen aproximadamente 78.000 megavatios por hora de capacidad eléctrica disponible para el verano, aunque conservan un 11 % de «margen de reserva de planificación».
Los expertos consideran que el calentamiento global y el efecto «isla de calor urbano», basado en la retención de calor del asfalto y los edificios, son los responsables de que la temporada de bochorno sea más duradera que en años anteriores.
Un estudio del Servicio Meteorológico Nacional de 2016 determinó que, tomando como ejemplo el caso de Phoenix (Arizona), la última fecha en la que se registraron temperaturas superiores a los 40 grados centígrados se ha retrasado al menos un mes en el último siglo, desde finales de julio hasta principios de septiembre.
EFE/Foto: 800noticias.com