TEL AVIV/Israel.- Miles de personas se reunieron hoy en Tel Aviv para manifestarse contra la Ley de Estado Nación del gobierno israelí, que limita a los judíos el derecho a la autodeterminación y parte de la sociedad considera discriminatoria para las minorías del país.
Los asistentes comenzaron a juntarse en la céntrica plaza Rabin tras acabarse el shabat, la jornada de descanso judía, y a medida que llegó el momento de la convocatoria oficial del evento, las 20:30 hora local (17:30 GMT), el espacio de la protesta y sus calles colindantes estaban abarrotadas de personas que enarbolaron la bandera israelí y de la comunidad drusa, que encabezaba el acto.
«Todos somos hermanos, todos somos iguales» fue el lema de los organizadores y, según declararon a Efe algunos de los asistentes más mayores, no recordaban movilizaciones tan masivas desde las manifestaciones por la paz de la década de los noventa.
Durante la protesta, la fachada del Ayuntamiento de Tel Aviv, ubicada en la plaza Rabin, se iluminaba con los colores de la bandera drusa, formada por cinco rallas distintas de color blanco, azul, amarillo y rojo y verde.
El jeque espiritual druso, jeque Muafak Tarif, fue uno de los primeros en dar un discurso ante el público, seguido por el general druso en la reserva Amal Asad, que hace poco alertó en una declaración en su página de Facebook de que Israel, bajo el liderazgo del primer ministro, Benjamín Netanyahu, estaba en riesgo de convertirse en un «Estado de Apartheid».
La protesta, en la que se escucharon cánticos contra la polémica Ley de Estado Nación, arrancó con un ambiente de indignación, y entre las pancartas, se vio una de unos diez metros de largo que acusaba a Netanyahu de ser «Ministro del Crimen».
Durante la tarde, cientos de personas protestaron también en contra de la ley en varios pueblos árabes de Israel, informó el digital Ynet.
La Ley del Estado Nación, aprobada el pasado 19 de julio, que afirma la identidad exclusivamente judía del país y retira el estatus del árabe como lengua cooficial, generó mucho revuelo entre un gran sector de la población, sobre todo entre la minoría árabe -y en concreto los drusos-, los grupos de izquierda, el mundo académico y cultural e incluso el presidente, Reuvén Rivlin.
Ya se han presentado cuatro recursos en el Tribunal Supremo contra la nueva normativa, que parte de la sociedad considera discriminatoria hacia la minoría árabe, que representa un 20% de la población israelí.
EFE