CIUDAD DE MÉXICO.- La disfagia es la dificultad para pasar alimentos sólidos, semisólidos y líquidos, que se presenta en pacientes con problemas neurológicos y puede derivar en desnutrición, deshidratación, por lo que es necesario el diagnóstico oportuno, dijo hoy en un comunicado la doctora Elizabeth Pérez.
La especialista realiza, junto con expertos del Hospital Juárez de México, un estudio sobre este trastorno, el cual asegura, muchas veces no es detectado y puede causar complicaciones como la aspiración traqueobronquial, deshidratación y desnutrición.
Es debido a ello que, la docente de la Universidad del Valle de México, dijo que es indispensable diagnosticar ese padecimiento con instrumentos no invasivos y bajo la prescripción de un equipo multidisciplinario.
La experta advirtió que las enfermedades crónicas son cada vez más frecuentes, debido a que actualmente la expectativa de vida es más larga.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la expectativa de vida a nivel mundial es de 80 años.
Pérez explicó que en México, la demencia senil es la más común, y por ello cada vez hay un mayor número de pacientes con padecimientos relacionados con enfermedades neurológicas.
Detalló que la deglución es una de las funciones básicas del organismo y tiene como objetivo nutrir al individuo, lo que implica la posibilidad de ingerir la totalidad de las calorías y agua necesaria para mantener la nutrición e hidratación adecuadas.
Es por ello que el objetivo del estudio entre UVM y el Hospital Juárez de México fue determinar, entre los pacientes que tienen enfermedades neurológicas, tanto agudas como crónicas, qué porcentaje tiene problemas de disfagia y encontrar otros métodos para evaluarla.
El estudio reveló una elevada prevalencia de disfagia no diagnosticada en pacientes, que se vincula con pérdida de peso, reducción del índice de masa corporal y riesgo de desnutrición.
Las principales enfermedades neurológicas de pacientes con disfagia fueron las crónicas, entre las que destacaron epilepsia, demencia, enfermedad de Alzheimer, esclerosis múltiple y Parkinson.
Además, se observó que hay mayor relación de asociación en mujeres, en pacientes que han tenido diabetes y en pacientes que tuvieron antecedentes de ventilación o enfermedades crónicas.
Por ello, recomiendan realizar pruebas de tamizaje a todos los pacientes en estas condiciones (aunque no tengan manifestaciones) para descartar la presencia de disfagia.
El instrumento de este estudio sugiere realizar el cuestionario EAT-10 (Eating Assessment Tool) aunado a la valoración clínica, capaz de detectar las posibles aspiraciones silentes.
Esto es con el propósito de iniciar las medidas nutricionales y farmacológicas que disminuyan el riesgo de complicaciones, además es imprescindible que estos pacientes sean atendidos por un equipo multidisciplinario, advirtió Elizabeth Pérez.
El estudio mencionado se titula «Evaluación de la disfagia en pacientes con enfermedades neurológicas y su relación con riesgo de desnutrición» y fue publicado en la revista de Medicina Interna de México.
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