Teodoro «Lolo» Fernández: Máxima expresión del fútbol «garra»

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La historia registra que Teodoro “Lolo” Fernández, el máximo ídolo de Universitario de Deportes, nació el 20 de mayo de 1913, en la hacienda Hualcará, hoy distrito de Cañete, al sur de Lima.

Desde muchacho destacaba en los equipos de su barrio por sus potentes remates de derecha, llegando a romper los arcos hechos de madera.

Llegó a Universitario de Deportes en 1930, invitado por su hermano mayor Arturo, quien ya jugaba en el club Universitario como defensa central. Ese año, “Lolo” jugó por la reserva, que campeonó siendo el máximo anotador con 7 goles.

Lolo con Valeriano López.

En 1931 pasa al primer equipo, pero Alianza Lima tiene tan magnífico plantel, que campeonó sin ceder ni un empate. Pero en 1932, volvió a campeonar Alianza, pero la “U” fue segundo, con “Lolo” de máximo goleador con 11 tantos. Y lo mismo ocurrió en 1933, en que Alianza tricampeona por medio punto, que le había otorgado su reserva, como habían decidido los dirigentes de la Liga Provincial de Lima en las bases del torneo. El primer equipo se beneficiaba con medio punto, por triunfo de su reserva, y un cuarto de punto si empataba.

En agosto de ese año, la “U” es base para un “Combinado del Pacífico” en que los empresarios lo refuerzan con 5 jugadores de Colo Colo de Chile y dos de Alianza Lima, Alejandro Villanueva y Juan Valdivieso. Primera vez que se juntan en el ataque “Lolo” y Villanueva, formando dúo letal. Juegan 39 partidos, ganado 13, empatando 13 y perdiendo 13, pero “Lolo” vuelve a ser goleador con 49 anotaciones.

En los Juegos Olímpicos Berlín 1936 se integraría “Campolo” Alcalde de Sport Boys, formando el primer gran trío central de nuestra historia, ganando 7-3 a Finlandia con 5 goles de “Lolo” y 4-2 a Austria, con otro gol del “Cañonero”, que FIFA se niega a reconocer y pretende obligar un nuevo partido, en las siguientes 24 horas, en el mismo estadio y con el mismo árbitro, pretensión que el gobierno peruano rechaza y obliga el retorno inmediato de nuestra delegación.

Pero en 1934 Alianza Lima gana a Universitario, que había punteado todo el campeonato, y como también lo hace su reserva, termina primero por un cuarto de punto. Los diarios informan que Alianza Lima era Tetra campeón, pero la “U” reclama en todas las instancias, hasta que le hacen caso y la Federación de Fútbol determina declarar empatado el título y fija el 7 de julio de 1935, para la definición que la gana Universitario 2-1 con goles de Vicente Arce y de “Lolo”. Descontó J. M. Lavalle.

Y ese mismo año, 1935, entre noviembre y diciembre, “Lolo” refuerza al Alianza Lima en una gira a Chile, junto a su hermano Arturo y otros tres jugadores cremas más, en partidos tan aplaudidos que la prensa chilena le llama “El Rodillo Negro”. Ganan 6 paridos y empatan el sétimo. “Lolo” es máximo goleador con 6 goles.

En 1938 la selección, con “Lolo” al centro del ataque, alcanzó invicto su primer título y la medalla de oro en los primeros Juegos Bolivarianos en Bogotá, Colombia, obteniendo, también, la mayor goleada histórica: 9-1 frente a Ecuador.

Y con ese mismo equipo, al año siguiente, 1939, Perú alcanza su primera Copa América, que se jugó en el viejo estadio de madera y donde “Lolo” fue el máximo anotador con 7 goles. Se ganó sucesivamente a Ecuador 5-2, Chile 3-1, Paraguay 3-0 y Uruguay 2-1. “Lolo” jugó algunos partidos más por la selección hasta su retiro en el sudamericano de Guayaquil en 1947. Había metido 24 goles con la casaquilla nacional. Luego aparecería Teófilo Cubillas, quien lo superó por dos goles, 26, en la estadística internacional, cuando ya se contabilizaban los goles en partidos amistosos, que en la época de “Lolo” no se estilaban. Pero en realidad “Lolo” debía figurar con 25 goles, pues es el mayor goleador de los sudamericanos, ahora llamado Copa América, con 19 tantos. Más los 6 de Berlín, deberían ser 25, pero hay que recordar que FIFA anuló ese partido contra Austria, por lo que al “Cañonero” solo le reconocen los 5 que metió a Finlandia y no el que le hizo a Austria. Por eso suma solo 24.

Y en 1941, su fama goleadora era tan conocida en Chile, que Colo Colo lo pide como refuerzo para un partido amistoso internacional contra Independiente argentino. “Lolo” marca el gol triunfal 1-0 y los hinchas lo aplauden a rabiar. El presidente colocolino Robinson Álvarez le pide que se quede en su club y le extiende un cheque a su nombre y sin cantidad, para que el “Cañonero” ponga las cifras.

Pero el peruano devuelve al cheque y responde “No señor, le agradezco señor. Yo solo tengo un amor que está en el Perú y se llama la “U” (Cita del historiador Jaime Pulgar Vidal en un reportaje de televisión).

“Lolo” es el goleador en los cinco títulos que obtiene Universitario, y en 1944, en una gira que hizo Racing de Argentina, el 24 de diciembre, víspera de Navidad, “Lolo”, que se reponía de una operación de hernia, le metió cinco goles, venciendo la “U” 5-3 al cuadro argentino, que tenía en sus filas a la defensa de su selección. Los diarios y revistas de la época, destacan esta brillante actuación del “Cañonero”, pues marcó goles de toda forma: de remate cerca, lejos, de cabeza, de “palomita” y de “taquito”.

En 1952, Universitario le pone su nombre “Lolo” Fernández, a su recién inaugurado estadio en un sector de Breña. Y ese mismo año, el 27 de octubre, en la inauguración del nuevo Estadio Nacional, construido con fierro y cemento e iluminación artificial, el presidente Odría, lo distingue con los “Laureles Deportivos” en su máxima graduación.

Su retiro de las canchas ocurre el 30 de agosto de 1953, en un estadio completamente repleto de público, y frente al clásico rival, Alianza Lima, en partido valedero por el campeonato. “Lolo” le mete tres goles a Heraclio Paredes y gana la “U” 4-2, siendo “Lolo” paseado en hombros, mientras de las tribunas lo aplauden y vitorean, sin distingo de hinchaje. El “Cañonero” había cumplido 40 años.

No obstante los dirigentes de Universitario deciden una despedida organizada por el club y no por el periodismo y ella ocurre el 14 de octubre de 1953, en que “Lolo” solo juega 5 minutos contra Centro Iqueño y el árbitro mister Charles Dean hace sonar su silbato para proceder a la ceremonia. “Lolo” se acerca al lugar donde estaba su sucesor, Manuel Arce, y lloroso le entrega la camiseta número 9 que había defendido 24 años ininterrumpidos. Minutos antes en el centro de la cancha “Lolo” se despidió de sus compañeros, así como de los rivales de Iqueño.

Le pidieron que diese la vuelta olímpica y, caballeroso como era, lo hizo en solitario, aunque lloroso, respondiendo con los brazos en alto, la jubilosa despedida de los casi 30 mil espectadores que habían concurrido al homenaje final. El hombre que pateó un balón por primera vez en la Hacienda Hualcará y llegó a Universitario en 1930, cerraba un bello capítulo en la historia del fútbol peruano.

Foto: elpopular.pe

 

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