WASHINGTON.- El presidente Donald Trump este jueves comunicó al Congreso que planea usar su autoridad especial, para situación de emergencia y congelar el aumento salarial que los empleados públicos federales tenían comprometido por ley para 2019 alegando la necesidad de controlar las cuentas públicas.
La gran rebaja fiscal aprobada este año empieza a hacer aflorar su factura al suponer un tijeretazo de ingresos de 1,5 billones de dólares en 10 años y su efecto elevará el déficit público -la diferencia entre lo que las arcas públicas ingresan y lo que gastan- del 4,2% calculado para 2018 para este año hasta el 5,1% en 2022.
«Debemos mantener nuestros esfuerzos para situar a nuestra nación en un cauce fiscalmente sostenible y los presupuestos federales no pueden sustentar semejantes incrementos», explica Trump en su carta dirigida a los líderes republicanos de Senado y de la Cámara de Representantes, Mitch McConnell y Paul Ryan, respectivamente.
El incremeneto salarial, que iba a entrar en vigor el 1 de enero del año que viene, estaba establecido en el 2,1%, lo que supondría un coste de unos 25.000 millones de dólares. «He decidido que para el año 2019 tanto los aumentos generales como los puntuales sean cero», dijo Trump.
Aunque estaba aprobado por ley, el presidente de EE UU puede alegar una situación de emergencia para revertir la subida. Quedan excluídos aumentos puntuales para reclutar y retener a empleados de alto perfil profesional.
El desequilibrio presupuestario alcanzará los 804.000 dólares este año, frente a los 665.000 del anterior, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, un órgano independiente dedicado al análisis de las cuentas públicas.
En 2022, se calcula dicho 5,1%, un nivel solo se ha superado en cinco ocasiones desde 1946, y de estas, cuatro tuvieron lugar tras la debacle financiera de 2008, con el rescate de la banca mediante.
El argumento para, pese a estas cifras, dar lu vez a una rebaja fiscal tan relevante estriba en que el recorte del fisco estimula el crecimiento y esta mayor actividad incrementa los ingresos de la Administración, lo que compensa la reducción tributaria. Lo que los cálculos del Congreso dejaron claro es que ese estímulo no bastaba. (ECHA- Agencias)