ESTOCOLMO.- Las últimas encuestas revelan que los socialdemócratas del actual primer ministro, Stefan Löfven, recibirían el 24.6 % del electorado mientras que el ultraderechista Jimmie Åkesson, líder de los xenófobos y eurófobos obtendría el 19,8%.
Es la primera vez que una formación cuyo origen se encuentra en los grupos ultras suecos —y que hasta hace pocos meses contaba con históricos nazis entre sus miembros— tiene posibilidades de llegar al Gobierno en la potencia escandinava.
Históricamente, los partidos del establishment nunca han querido pactar con ellos, pero esta vez el discurso ha cambiado —sobre todo en las filas de los Moderados (conservadores) por lo que y el panorama es más incierto que nunca.
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La dimensión política izquierda-derecha ha dominado la política durante los últimos 100 años en el país nórdico pero, aparentemente, esta manera de entender la política se acabó.
“La agenda política en Suecia es ahora una cuestión de migración y ley y orden, no de problemas tradicionales respecto al [Estado de] bienestar. Y este cambio es desfavorable para los socialdemócratas”, opina Ulf Bjereld, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Gotemburgo.
“Estos comicios serán un referéndum al [Estado de] bienestar en Suecia”, anunció por su parte el primer ministro Löfven a través de un comunicado.
Los grupos antiestablishment —de la ultraderecha en su mayoría, pero también de izquierdas— han sabido recolectar el descontento de la sociedad. Y en Suecia —como en Italia, Alemania, Hungría o Austria— la cuestión migratoria se ha convertido en la punta de lanza de los Demócratas Suecos.
Al punto que los rumores de sorpasso a los socialdemócratas se escuchan cada vez más alto ante las elecciones de este domingo en las que algo más de siete millones de ciudadanos están llamados a las urnas.(ECHA- Agencias)