BARCELONA.- Miles de personas marcharon hoy por el centro de Barcelona, en la fiesta regional oficial de la región autónoma de Cataluña, para exigir la libertad de los independentistas catalanes en prisión provisional por el proceso soberanista de 2017 y el regreso de los que huyeron de la justicia española al extranjero.
Un año más, con motivo de la Diada (nombre con el que se conoce esa festividad), los independentistas se movilizaron multitudinariamente portando banderas secesionistas y lazos amarillos (símbolo con el que solicitan la libertad de los políticos presos), convocados por la organización Asamblea Nacional de Cataluña (ANC), cuyo expresidente, Jordi Sánchez, es uno de los encarcelados.
Los gritos de «independencia», «libertad presos políticos», «ni un paso atrás» o «aquí empieza nuestra independencia» han sido coreados por los asistentes a lo largo de todo el recorrido.
Horas antes, en un acto institucional se evidenció la división entre fuerzas secesionistas y favorables a la unidad de España -que no asistieron al acto- y las tensiones entre las autoridades catalanas y las españolas, un año después de que el Parlamento regional aprobase sendas leyes para el referéndum de autodeterminación del 1 de octubre de 2017 y la fundación de la república catalana.
El vicepresidente del gobierno catalán, el independentista Pere Aragonès, puso hoy como condición la libertad de todos los presos políticos y el libre retorno de los exiliados con vistas a un diálogo sincero y honesto y una negociación con el Ejecutivo español, que preside el socialista Pedro Sánchez.
«Las dos partes deben estar en igualdad de condiciones en la mesa», argumentó tras participar en la tradicional ofrenda floral en Barcelona al líder catalán Rafael Casanova (1660-1743).
Sánchez, a su vez, reclamó en Twitter «convivencia, respeto, diálogo y entendimiento», en la confianza de que hoy sea un día de «celebración y orgullo por una cultura, una lengua y una historia que une a todos los catalanes y catalanas»
EFE