BRUSELAS.- El Parlamento Europeo aprobó por 448 votos a favor y 197 en contra, el informe en el que se pide que se ponga en marcha el procedimiento sancionador contra Hungría previsto en el artículo 7 por violación grave de los principios democráticos.
Es la primera vez que una medida de este tipo se utiliza en la historia de la UE a iniciativa del Parlamento y supone la profundización de las divisiones entre las distintas familias políticas y geográficas en Europa.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, había advertido en la víspera que este voto no cambiaría su política, considerada como demasiado autoritaria y poco respetuosa con las minorías y sus portavoces indicaron que buscarán fórmulas legales para contestar esta decisión.
La votación sobre Hungría empañó el discurso sobre el estado de la Unión que pronunció el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, probablemente el último de este tipo que dirigirá al Parlamento, en el que pidió precisamente que la UE mantenga su unidad para atraer a los ciudadanos, tradicionalmente reticentes a participar en la política comunitaria
. «De aquí a las elecciones europeas debemos demostrar que estamos juntos, norte-sur, este-oeste, y que podemos conseguir una Europa más soberana» dijo.
La Comisión no ha querido ser la institución que iniciase el proceso contra las autoridades húngaras, pero Juncker hizo varias menciones a que «el artículo 7 debe ser utilizado cuando los principios europeos estén en peligro» a lo que sumó críticas contra el «nacionalismo malsano» en una alusión a las bases ideológicas de Orban, y de elogio a «un patriotismo ilustrado nacional y europeo, que no se excluyen uno a otro».
El proceso sancionador podría desembocar en la retirada del derecho de voto a Hungría en el Consejo Europeo, aunque este extremo debe ser aprobado por los demás países miembros, en un primer momento por cuatro quintos de los países, lo que quiere decir que Orban necesitaría que le apoyen al menos cuatro gobiernos.
El Grupo Popular Europeo, al que Orban pertenece, se dividió en la votación, aunque menos de lo que se preveía.
Su líder, Manfred Weber, había dado libertad de voto a los diputados, pero también anunció que él mismo votaría a favor del informe dejando abierta la posibilidad de que se abra una crisis entre el grupo parlamentario popular y Fidesz, el partido de Orban, que es uno de sus miembros. (ECHA- Agencias)