Francisco invita a Pekín a continuar diálogo y calma recelos de católicos

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CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco animó hoy a las autoridades de China a continuar el diálogo iniciado con el Vaticano para superar el enfrentamiento del pasado y hacer posible el crecimiento «ordenado y armonioso» de la comunidad católica en ese país.

También llamó a la reconciliación de los 12 millones de católicos chinos, divididos entre la iglesia oficial y la clandestina, y trató de calmar los recelos de una parte de esta última tras la histórica firma, el pasado 22 de septiembre, de un acuerdo entre China y el Vaticano que abre la vía a la normalización de las relaciones diplomáticas, rotas en 1951.

«La Iglesia en China no es ajena a la historia china ni pide ningún privilegio: su finalidad en el diálogo con las autoridades civiles es la de llegar a una relación basada en el respeto recíproco y en el conocimiento profundo», señaló el papa en un mensaje dirigido hoy a los católicos del gigante asiático.

En el texto, el papa argentino trata de responder a las dudas y temores provocados por la firma de dicho acuerdo entre muchos católicos y sacerdotes chinos que durante años han tenido que vivir en la clandestinidad o han sufrido cárcel por obedecer a Roma, y llama a todos los católicos del país a la reconciliación.

El pontífice dice entender la «confusión» y «sentimientos encontrados», y expresa a la comunidad católica china su «sincera admiración por el don de vuestra fidelidad, de la constancia de la prueba… también cuando ciertos acontecimientos se demostraron particularmente adversos y difíciles».

Asegura que el acuerdo provisional firmado con Pekín «no tiene otro objetivo para la Santa Sede más que llevar a cabo los fines espirituales y pastorales que le son propios… promover el anuncio del Evangelio, así como alcanzar y mantener la plena y visible unidad de la comunidad católica en China».

Se refería el Papa a la coexistencia hasta hora en el país asiático de dos comunidades católicas, una oficial, con obispos nombrados por el régimen, y la clandestina fiel al Papa.

Francisco afirma que para restablecer la unidad era imprescindible afrontar la cuestión de los nombramientos episcopales, uno de los principales escollos durante décadas para la normalización de relaciones.

Por ello confirma que ha «decidido conceder la reconciliación a los siete obispos oficiales vivos ordenados sin mandato pontificio, y habiendo remitido toda sanción canónica relativa, readmitirlos a la plena comunión eclesial».

En contrapartida, les pide a ellos «que manifiesten, a través de gestos concretos y visibles, la restablecida unidad con la Sede Apostólica y con las Iglesias dispersas por el mundo y que se mantengan fieles a pesar de las dificultades».

«Con este espíritu y con las decisiones adoptadas, podemos iniciar un camino inédito, que confiamos en que ayudará a sanar las heridas del pasado, a restablecer la plena comunión de todos los católicos chinos y a abrir una fase de mayor colaboración fraterna», añade el papa.

Aunque los obispos serán nombrados siempre por el pontífice -como el propio Francisco explicó ayer a los periodistas al regresar de un viaje a los países bálticos- en el mensaje habla de «buscar de forma conjunta buenos candidatos».

Con el acuerdo firmado «por primera vez se contemplan elementos estables de colaboración entre las autoridades del Estado y la Sede Apostólica, con la esperanza de asegurar buenos pastores a la comunidad católica», señala.

Se dirige también a los jóvenes católicos chinos, para pedirles «que colaboréis en la construcción del futuro de vuestro país»

El papa asegura que China y el Vaticano afrontan en estos momentos «una tarea difícil pero apasionante» para superar las contraposiciones del pasado.

EFE/Foto: elpais.cr

 

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