NUEVA YORK.- El intelectual estadounidense Noam Chomsky denunció en una columna publicada hoy por el medio digital The Intercept que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva es un preso político al que se mantiene aislado para que prospere un golpe de Estado blando en su país.
Al final de un extenso artículo en el que analiza la situación política reciente en Brasil, Chomsky concluye que Lula da Silva, «uno de los presos políticos más significativos del período actual, es mantenido en aislamiento para que el golpe de Estado blando pueda seguir su curso».
Eso, prosigue, «probablemente tendrá consecuencias graves para la sociedad brasileña y buena parte del mundo, teniendo en cuenta el potencial rol de Brasil», ante lo que apostilla: «Seguirá su curso si se tolera lo que está pasando».
Chomsky consideró que el supuesto crimen del que se acusa a Lula da Silva, recibir un apartamento a modo de soborno, es «casi indetectable para los estándares brasileños», e instó a «buscar las razones» por las que se le ha dictado una «sentencia totalmente desproporcionada».
Ante la negativa de un juez, el día siguiente de su visita a la prisión, a permitir que un medio nacional entrevistara al expolítico, Chomsky criticó que los criminales violentos «son entrevistados por rutina en prisión» y sostuvo que las «estructuras de poder» quieren evitar que la sociedad sepa nada de Lula.
Con el expresidente alejado de los comicios que se celebran este domingo, Chomsky consideró que hay «buenas posibilidades» de que el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, líder en las sondeos de intención de voto, logre la victoria y desarrolle las «políticas duramente regresivas» del presidente Michel Temer.
En ese sentido, mantuvo que Temer reemplazó a Dilma Roussef (2011-2016) después de una destitución «grotesca» en «una etapa temprana del golpe de Estado blando que ahora tiene lugar en el país más importante de América latina».
Asimismo, el lingüista estadounidense denuncia una «campaña» política que se está «aprovechando de la corrupción en la que participó el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula» y afirma que, si bien la corrupción es real y seria, la «demonización» del PT es «puro cinismo, considerando las travesuras de los acusadores».
«Los cargos contra Lula, incluso si uno los pudiera acreditar, no pueden posiblemente tomarse en serio como base del castigo que se ha administrado para apartarlo del sistema político. Todo lo cual lo clasifica como uno de los presos políticos más significativos del período actual», destaca en su artículo.
EFE/Foto: eldesconcierto.cl