Iker Casillas ha sido tapa de la prensa deportiva y de la otra en los últimos días. Más que por su cantada salida del Madrid, por la particular manera en que su club de toda la vida y, en especial, Florentino Pérez, le han dado el adiós. El abolengo del madridismo por los suelos y la afición molesta. A las leyendas no se les despide así.
Los padres de Iker, José Luis y Mari Carmen, no se han callado nada. Señalan con el dedo al presidente del Madrid como principal hostigador de quien fue elevado a la calidad de “santo” por todo lo que ha aportado desde el arco al club blanco.
CRÓNICA VIVA reproduce la polémica entrevista que los padres de Casillas ofrecieron al diario español El Mundo, en la víspera de la salida de su hijo rumbo a su nuevo club el Oporto de Portugal.
Día de mudanza low cost en el chalé de José Luis, 57 años, y Mari Carmen, 56. Es tiempo de cambiar muebles vintage por otros made in Sweden. El hombre, un guardia civil en la reserva, luce barba recortada y una camiseta marinera empapada de sudor.
Lleva varias horas cargando bártulos e introduciéndolos en un camión con suma delicadeza. Sólo le ha faltado envolverlos en papel de burbuja. No van camino de un trastero ni de un contenedor al acecho de los gitanos chatarreros. Los quiere conservar. Les tiene aprecio. Darles un lugar privilegiado en su casa de un recóndito pueblo abulense. Un retiro dorado. Son al fin y al cabo parte de la historia de la familia y los trata «con mimo y cariño». El trato que, según él, debería haberle dado el Real Madrid a su hijo mayor. El gran capitán, El santo. San Iker, le aclamaban. El que nos hizo entonar el We are the Champions entre lágrimas con aquella parada imposible a Robben en la final de Sudáfrica (2010). El que devolvió la sonrisa a un país en números rojos. El que ha salido por la puerta de atrás «por culpa de Florentino», según los que le concibieron en el País Vasco en los años más duros de ETA.
Los padres de Iker Casillas reciben a Crónica en su domicilio, ubicado en una de las zonas más acomodadas del municipio madrileño de Boadilla del Monte. Y lo hacen un día antes de que se oficialice su deshonrosa marcha del equipo blanco, el club al que llegó cuando sólo tenía nueve años de la mano de su padre. Éste se gastaba 25.000 pesetas al mes en llevar a su hijo a los entrenamientos en la ciudad deportiva merengue.
«Mi hijo no es un topo»
Sus rostros denotan cansancio. Noches en vela. Han sufrido estos días viendo cómo el club de sus amores ha metido ya a su criatura por la fuerza en «los chiqueros» y está a punto de soltarle en una plaza «de segunda», el Oporto. Les «duele en el alma» que el Madrid haya querido quitárselo de en medio como si fuese mercancía averiada y no como el portero más laureado de la historia de España (un Mundial, dos Eurocopas, tres copas de Europa, cinco ligas, dos copas del Rey, una intercontinental, dos supercopas de Europa, un mundialito, 4 supercopas de España…).
Mari Carmen, aquella mujer a la que querían dedicarle una calle en Móstoles después de que Iker levantase la Eurocopa en 2008 (La madre que parió a Casillas, rezaba el rótulo), nos invita a pasar al interior del salón. Nos enseña con orgullo un retrato del meta con su hermano Unai. Irradian felicidad. Iker ya había ganado la novena en Glasgow con 21 años y Unai era un prometedor estudiante de márketing. La familia estaba unida… hasta que Casillas en 2010 decidió apartar a sus padres de una sociedad que había constituido junto a ellos para gestionar sus inversiones inmobiliarias y que contaba con un patrimonio de 30 millones de euros. Se abrió una brecha familiar a pesar de que Iker les entregó 5 millones, varios inmuebles y les fijó un sueldo de 9.300 euros al mes durante 15 años. A cambio, les pidió que firmasen un pacto de no agresión todavía en vigor y por el cual no pueden vertir comentarios despectivos contra él ni contra su entorno más cercano. Razón por la cual sus padres se muerden la lengua cuando les preguntamos por su relación con el mánager de su hijo, Carlo Cutropia, o su novia, Sara Carbonero, dos personas con las que mantienen una relación «turbulenta», aseguran fuentes conocedoras de la situación.
«No quiero polémicas. No me hablo con mi hijo, pero quiero lo mejor para él y que nadie se aproveche de él. Sólo que le asesoren bien en su entorno para que no acabe fregando urinarios como ese campeón del mundo alemán (Andreas Brehme) o arruinado como Vítor Bahía»... Mari Carmen se echa las manos a la cabeza. «No exageres José. Es cierto que nos da miedo que acabe siendo un juguete roto pero de ahí a decir eso hay un trecho», le dice antes de conducirnos al office de la cocina acompañada de su perrita Chelsea. Nos sirve una fanta de la marca blanca del Lidl y unas galletas barnizadas en caramelo. «Aquí somos muy austeros. Así le enseñé a Iker. Cuando me pedía 10 duros yo le daba 5 y le decía anda y vete al Día y cómprate una coca-cola que te cundirá más que gastártelo en una discoteca», recuerda.
Su marido, clavado a Iker, llega cargado de álbumes y mira el reloj. Tiene prisa porque esta tarde ponen rumbo al pueblo de Navalacruz donde pasan todos los veranos.
– ¿Pero entonces no podrán ir al homenaje de su hijo?
El hombre se quita la camiseta. Se queda con el torso al aire. Y no sólo porque tenga calor sino que cuando le toca hablar de Florentino se enciende aún más.
– No tenemos pensado ir. No vamos a participar de ese paripé, de ese teatro que ha montado Florentino deprisa y corriendo para tratar de mostrar que se ha portado bien con mi hijo cuando no es así. Iremos sólo si nos lo pide nuestro hijo. Me da envidia ver cómo Pirlo ha salido de su equipo y no entiendo por qué no han hecho lo mismo con mi hijo. Ha dado todo por el club y ha sido leal. (El jugador decidía unas horas más tarde que renunciaba por ahora a cualquier homenaje por parte del Real Madrid, descontento por la forma en la que el club ha gestionado su salida).
Mientras hablamos, Mari Carmen, no deja de revisar imágenes. Nos enseña una de ella embarazada de seis meses paseando por la ría de Bilbao. José Luis había pedido el traslado al País Vasco a finales de los 70 (los años de plomo) para ganar algo más de dinero (los guardias civiles recibían un plus por estar en zona de amenaza terrorista) y ella dejó su trabajo como administrativa en una agencia de publicidad. Allí concibieron a Iker en el momento más inesperado. Un 31 de agosto de 1980 y ¡de penalti! (Iker es el portero que más penas máximas ha parado en la historia del Madrid). «Yo tenía 23 años. Era joven y no estaba en mis planes. Nos casamos por el ministerio de las prisas a los tres meses y mi familia se enteró en la boda. Yo quería una niña».
A Iker le paseaba por la capital vizcaína sin la compañía de José Luis. «Mi marido era objetivo de ETA y decidimos que en público teníamos que ir por separado por si había un atentado que no nos matasen a los tres. El niño era muy llorón de pequeño y no me comía nada», recuerda Mari Carmen, que tenía que subir a Iker todos los días por la escalera hasta el séptimo piso del edificio donde vivían. «Cogimos un piso sin ascensor cerca del cuartel de La Salve por ahorrarnos 4.000 pesetas al mes. Pagábamos de alquiler 11.000 pelas».
Esta peluquera de formación nos enseña una de las fotos de Iker en el balcón del inmueble bilbaíno con el dedo escayolado. «Un vecino le pilló la mano izquierda con la puerta y le rompió una falange. Menos mal que los buenos médicos del norte le dejaron muy bien porque si no no habría parado tanto», asegura.
En una de las imágenes aparece Iker con una camiseta del Athletic. Lo curioso es que meses antes de dar a luz el empleado de una zapatería del casco viejo de Bilbao le adelantó que su hijo sería futbolista. «Sólo me pidió que lo tuviese en Bilbao para que así pudiese jugar algún día en el Athletic. Yo decidí tenerlo en Madrid para estar más cerca de mi familia, aunque ahora me arrepiento un poco porque Iker podría haberse retirado en el Athletic donde le habrían cuidado más que en el Madrid», cuenta.
– ¿No le han tratado bien en el Real Madrid?
– En las etapas de Lorenzo Sanz y Calderón sí, pero con Florentino no. Este presidente nunca le ha querido porque es bajito. A él le gustan los altos. Él siempre estaba obsesionado con traer a Buffon. Mi Iker ha aguantado lo que no está escrito, ha soportado una presión psicológica, se le ha dado un trato diferente a otros jugadores. Se le ha vilipendiado estos cinco años. Ha sido todo muy injusto y le ha pasado factura a nivel anímico – comenta su madre.
– ¿Pero él os ha llegado a confesar que estaba siendo maltratado?
– No. Iker es como yo. Es muy sufrido, lo lleva por dentro. Nunca comparte sus problemas con nadie, pero yo como madre siempre se lo adivinaba. Y lo he visto sufrir durante muchos años. Florentino ha tenido detalles muy feos en la recámara. Se ha portado mal con él y menos mal que mi hijo ha sido fuerte. Es Florentino quien lo echa porque mi hijo quería retirarse en el Madrid-, comenta Mari Carmen.
– ¿Pero no está contenta porque se vaya al Oporto?
– ¿El Oporto? Por Dios. Pero si cuando salió que estaba buscando casa en Roma le llamé y le dije pero Iker qué haces. Tú no te vas. Así que imagínate al Oporto. Es un equipo de segunda B para una persona de la categoría de Iker. Un campeón del mundo no puede acabar en el Oporto. Podría haber acabado donde quisiese y no me habría importado que hubiese sido en el Barça porque son unos señores. Le han mandado a una vaporeta en vez de a una máquina de vapor.
Su marido salta. No quiere que estas declaraciones encrespen a la afición portuguesa…
– Bueno Carmen. No digas eso de segunda B, porque al Oporto le respeto. Es cierto que Iker se merecía un Manchester United, un PSG…pero no se puede decir eso. Si me escuchase yo le hubiese recomendado que hubiese terminado su contrato en el Madrid. Y si no te quieren que te despidan improcedentemente. Pero claro el Madrid lo que persigue con esta fórmula es ahorrarse 25 millones de euros netos de finiquito.
– ¿Por qué ha recibido una sola oferta?
– Eso es lo que dicen. El club filtra las ofertas y sólo traslada las que le interesen. Cualquier persona sabría que Iker está en su madurez con 34 años y que interesaría a cualquier club de Europa. Pero claro al presidente no le interesa que vaya a un club potente para que no le pase lo de Morata o lo de Morientes. No quiere que Casillas triunfe. Yo lo que digo es se haga un referéndum entre los socios sobre mi hijo como se ha hecho en Grecia… A ver qué dicen. Florentino con sus últimas actuaciones tiene a la junta directiva muy revuelta y si no dime en qué actos has visto últimamente al vicepresidente Fernández Tapias.
– Pero los pitos del Bernabéu han sido sonoros estos años…
– Eso no ha sido así. Esa campaña de desprestigio la ha orquestado Florentino con el apoyo de varios periodistas y medios que llevan dándole palos desde 2010. Claro, si te pitan 1.000 tíos en el Bernabéu y tú le pides a tus amigos que los enfoquen y que suban el volumen así puedes vender que no es querido. Pero eso no es cierto. Ha sido una campaña de acoso y derribo y yo la he sufrido como padre. Me parece un delito lo que han hecho en algún programa contra él. Porque Cristiano y Bale también han cometido errores y no le han dado tanta caña. Lo que no soporto es ver que algunos periodistas que se han metido con él estos años ahora le hagan la pelota para lograr una entrevista.
– ¿Pero qué razones tendría Florentino para poner en marcha esa operación de descrédito?
– Florentino sólo quiere lo que él compra. Si resulta que fichas a Bale y vende menos camisetas que mi hijo pues tiene que hacer lo posible para que la afición quiera más a su producto que al otro. Casillas siempre ha sido un icono del madridismo y hay que desprestigiarle para que otros puedan ser más queridos. A eso lo llama él márketing.
– ¿Cuándo detectaron que Florentino tenía una animadversión hacia él?
– Nos dimos cuenta desde que le tocó hacer su primer gran contrato en 2005. En vez de renovarle un par de años antes como quiere hacer con Ramos esperó hasta que el contrato estaba a punto de expirar. Le dije: ‘Si tu jefe ha esperado hasta el último día para renovarte es que no te quiere’-rememora su madre.
Aquella primera renovación fue tensa. «Su representante, Ginés Carvajal, nos decía que el presidente sólo estaba dispuesto a darnos una cantidad y nosotros nos negábamos a ello. Nuestro hijo tenía miedo a quedarse sin nada pero le convencimos de que tenía que esperar. Por aquel entonces nos hacía caso y al final acabamos sacándole 200 millones más limpios al presidente. Iker era un galáctico más y no queríamos que cobrase menos que Roberto Carlos. Mi hijo se cabreó con Carvajal porque él solo pensaba en Raúl y no hizo nada para conseguir mejores condiciones. Yo lo veía normal porque al final los representantes trabajan para el club. Si son capaces de ahorrarle algo al presi, eso es lo que se reparten a medias», dice la madre.
Un año después de aquella renovación, llegaría Ramón Calderón a la presidencia del Madrid. Pronto se ganó el cariño de los padres de Iker. «Ha sido un señor, no como Florentino que no ha tenido gestos con nosotros ni con mi hijo. Decidió renovarle a Iker a pesar de que le quedaban tres años del contrato que firmó con Florentino. Calderón le dijo que se lo merecía y le dio 1.500 millones de pesetas. Le preguntó a mi hijo que cuánto quería cobrar, nos pidió consejo y le dijimos que ni una peseta menos que Raúl. Y así fue. Carvajal no hizo nada».
Después de esa operación, Casillas rompía con su agente Ginés Carvajal y éste le exigía el pago de la comisión del contrato vitalicio impulsado por Calderón (unos cinco millones de euros). El cancerbero se negó en redondo y el mánager le demandó. El portero y sus padres consideraban que esa comisión tenía que salir de las arcas del club y actuaron en consecuencia. «Iker nos pidió que denunciásemos al club para hacernos fuertes porque en el 98% de los casos el club siempre se hacía responsable», cuenta el padre. Y lo hicieron en 2009, nada más llegar Florentino a la T4 del Bernabéu después de que Marca demostrase el pucherazo de Calderón durante una asamblea blanca.
A Florentino aquel gesto de los Casillas le sentó muy mal. Si ya de por sí el portero no era santo de su devoción este asunto aún tensaba más la cuerda. Aquella nefasta temporada (la del alcorconazo y Pellegrini), Casillas fue titular, aunque el Barcelona logró el título de liga. Pero Casillas no cerraría la temporada en blanco. Ese verano se proclamaba campeón del mundo, y como capitán levantó la copa. España estalló de júbilo, aunque para Florentino no fuese tanta la alegría, según los progenitores del ya ex capitán madridista.
«Sabemos que aquello le jodió a Florentino. No quería que mi hijo despuntase y menos que nos diese un Mundial una persona a la que odiaba», cuenta la madre. Tras su beso en prime time con Sara Carbonero y sus vacaciones, Casillas se reincorporaba a las órdenes de un nuevo entrenador: José Mourinho, al que muchos sitúan como la persona que hundió a Casillas. Sus padres, sin embargo, creen que detrás de aquel maltrato del luso se encontraba la mano de un Florentino «muy cabreado» porque los padres se negaban a retirar la demanda contra el Real Madrid por el asunto de Ginés Carvajal. «El primer año de Mourinho no paraba de decirle que era el mejor portero del mundo. Pero aquello cambió cuando el club vio que seguíamos con la batalla judicial», cuenta el padre.
Las negociaciones entre los padres de Iker y la mano derecha de Florentino, José Ángel Sánchez, para resolver el asunto de Carvajal fueron a cara de perro y se prolongaron hasta abril de 2012. Aquella situación, desconocida hasta ahora, hizo que Casillas no pegase ojo la noche de las semifinales contra el Bayern de Múnich en la que Sergio Ramos mandó el balón a la estratosfera en la tanda de penaltis. «Mi hijo estaba muy nervioso porque el Madrid le presionaba para que nos echásemos para atrás y el juicio era al día siguiente del partido. Tuvimos en vilo al Madrid», dice su madre.
Finalmente, el jugador decidió el mismo día del juicio pedirle a sus padres que retirasen el órdago contra el Real Madrid. «Nos dejó tirados y acordó con Ginés pagarle una cantidad que le devolvería el club». Aunque Iker finalmente dio su brazo a torcer, aquella situación disparó, según sus padres, el odio de Florentino hacia su hijo e hizo cambiar la actitud de Mourinho hacia Iker. Las relaciones entre entrenador y jugador se tensaban cada vez más y en diciembre de 2012 le relegaba al banquillo en beneficio del novel Adán. Comenzaba su calvario. «Aquello fue una humillación», cuentan sus padres, que no volvieron a pisar el Bernabéu.
– Pero algunas fuentes explican el enfado de Mourinho por sus continuas filtraciones a la prensa…
– Mi hijo no es un santo, pero no es un topo. Eso formaba parte de la campaña de desprestigio del club.
Casillas recuperó la titularidad por una sanción de Adán, pero en un partido de Copa del Rey su compañero y archienemigo en el vestuario Álvaro Arbeloa le lesionó de una mano. «Arbeloa ha sido el protegido del presidente. Le ha utilizado para darle caña a mi hijo», explica el padre. Aquella lesión provocó que el Madrid fichase a Diego López, que obtendría la titularidad. «Diego no es mejor portero que mi hijo a pesar de que Paco Buyo se haya pasado meses y meses defendiéndole por ser gallego».
Al año siguiente llegaría Ancelotti. Casillas jugaría la Champions y Diego López la liga. El meta mostoleño levantaría la Décima en Lisboa a pesar de haber cometido un error garrafal en el primer gol del Atleti.
«A Iker le dolieron mucho las críticas por su fallo en el gol. La gente se queda sólo con eso pero no con los buenos partidos que hizo ante el Dortmund, el Schalke…».
– ¿Esos errores estaban generados por ese clima en contra?
– Todo influye. Aún así Iker ha aguantado una presión que no ha tenido otro jugador de la plantilla del Madrid -expresa su progenitor.
En el verano se volvía a especular con la marcha de Casillas con la llegada de Keylor Navas. El portero se ganaba la confianza de Ancelotti y la titularidad, aunque no el cariño de la grada. «Aquel ambiente en contra estaba propiciado por Florentino que podría haberlo cortado de raíz», dicen al unísono los padres.
– ¿Y qué opinan de David de Gea, el previsible sustituto de su niño? Es alto como le gustan a Florentino…
– Bueno ya sabes que Jorge Mendes, su representante, es quien manda en el Madrid a la hora de hacer fichajes- contesta Mari Carmen.
Tanto ella como su marido consideran que Iker todavía podría defender la portería blanca al máximo nivel. Sin embargo, prefieren no entrar a valorar las capacidades del meta del Manchester United. Son cuestiones deportivas que pueden llegar a entender.
Lo que nunca comprenderán ni perdonarán es la actitud que ha tenido el mandamás del Real Madrid hacia su hijo durante estos últimos años. Ni que le haya empujado al Oporto. Un conjunto con el que firmaba Casillas después de recibir un sincero sms de su madre. «Hijo, te mereces un equipo de más categoría». No le hizo caso. Pero sí siguió el consejo de su padre: no perdonar ni un sólo céntimo al Madrid. Cobrará integro su finiquito.
(Entrevista: Javier Negre @javiernegre10 – Diario El Mundo, España).