10 de octubre. Melissa Alfaro. Hace 27 años fue brutalmente asesinada producto de la explosión de un sobre/periódico/bomba que recibió en el semanario Cambio y que iba destinado al director de dicha publicación.
Hoy 27 años después ya solo son vocecitas agónicas aquellas que pretenden poner sombras al caso.
Hoy se cumplen 27 años sin justicia. 27 años que pesan sobre los hombros de una madre que no ha callado nunca. De una madre, de una hermana, que han tenido que librar varias batallas. Primero, para rescatar la memoria de Melissa, para que las instituciones se sumen a la causa, la hagan suya, la defiendan.
Hemos vivido durante muchos años asesinando a Melissa con el silencio.
Han pasado casi tres décadas y hoy hay esperanza. Y es que los jóvenes han hecho suya esta causa. Alguna vez Norma Méndez en medio de su dolor me decía: las voces de los jóvenes hacen que recupere fuerza. Me levantan cuando caigo. Y es que hoy Melissa está viva en ellos. Porque se ha sabido construir memoria, recuperar historia, traer con nosotrxs sus ganas de cambiar esa realidad que la indignaba.
Tenía 14 años cuando asesinaron a Melissa. Ella estudió en la misma escuela de periodismo donde luego acabé la carrera. Siempre he estado convencida que si ella viviera sería una activa anepista. La ANP hubiera sido su casa natural. Al gremio la hubiera traído esa capacidad de enfadarse con lo que no creía correcto.
Hoy quiero especialmente abrazar a Norma (y la fecha me encuentra lejos). Porque la he visto y la veo dejarse la vida por lograr justicia para Melissa. Porque la sé arropada por todos quienes la queremos. Porque cuando la enfermedad viene sabe levantarse porque siente desde la entraña esa tarea que tiene por cumplir. Hoy exigimos que empiece el juicio oral. Ya es hora que aquellos que terminaron con Melissa respondan ante una justicia.
Desde la ANP, este 10 de octubre decirle de nuevo a la familia Alfaro-Méndez: No nos vamos a cansar. Estas voces no se apagarán. No hay qué o quién pueda apagarlas (ZL).