WASHINGTON.- Pese a que la CIA acusa al príncipe saudita, Mohamed bin Salmán, en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, el presidente Donald Trump insistió en dar credibilidad al cuestionado heredero de la corona de Arabia Saudita.
Durante una entrevista en el canal Fox News, el mandatario manifestó este domingo que tiene confianza en el príncipe heredero que supuestamente negó cualquier implicación en el asesinato en conversaciones telefónicas con Trump.
“Bueno, me dijo que no tuvo nada que ver con ello. Diría que me lo dijo quizá cinco veces en diferentes momentos”, dijo a modo de explicación.
De otro lado, Trump no encuentra motivos para escuchar la grabación del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, residente en Estados Unidos y colaborador de The Washington Post, proporcionada por el Gobierno de Turquía.
Asimismo aseguró que la grabación de audio no afectará a su respuesta al asesinato de Khashoggi, crítico con el régimen de Riad, el pasado 2 de octubre en el consulado de Arabia Saudí en Estambul.
“Es una cinta dolorosa, es una cinta terrible. Me han informado completamente sobre ella, no hay motivos para que yo la escuche. Sé todo lo que pasó en la cinta sin tener que escucharla”, dijo el presidente de EE UU, sobre una grabación que constituye una de las principales pruebas en el caso.
Video relacionado 20 de marzo 2018
El Gobierno estadounidense se dispone a publicar un “informe completo” sobre el asesinato, confirmó el presidente, este mismo martes.
El presidente, que calificó este fin de semana a Arabia Saudí como un “aliado verdaderamente espectacular”, aseguró que esperará a que se publique el informe completo de su Gobierno antes de asignar responsabilidades.
Pero dejó entrever que este no le hará cambiar de opinión, al insinuar que difícilmente podrá demostrar de manera concluyente quién estuvo detrás del asesinato. “¿Alguien lo sabrá de verdad?”, se preguntó en la entrevista.
La actitud de Trump le coloca ante un nuevo desencuentro con sus propios servicios de inteligencia. Y demuestra la encrucijada en que se encuentra el presidente, ante la presión para castigar al régimen saudí, sin que eso erosione su principal alianza en Oriente Medio.
El príncipe saudí, de 33 años, con quien el yerno y asesor del presidente, Jared Kushner, mantiene una estrecha relación, es clave en la estrategia de Trump en la región, tanto en la relación con Irán como en el conflicto palestino-israelí, además de un valioso comprador de armamento.(ECHA- Agencias)