Edwin Oviedo: 2 dirigentes muertos en su camino 

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Tras la difusión de los vergonzosos audios del ex magistrado César Hinostroza dirigiendo la red de corrupción de la banda de “Los Cuellos Blancos” del Callao, salió a la luz el nombre de Edwin Oviedo Pichotito, suspendido presidente de la Federación Peruana de Fútbol, en un escandaloso tráfico de influencias en los procesos judiciales.

Las coimas, “obsequios” de entradas para el Campeonato Mundial de Rusia 2018 o la manipulación de procesos judiciales, pusieron también  al tapete el asesinato de los ex dirigentes de la azucarera Tumán, Manuel Rimarachín Cascos y Percy Farro Witte, perpetrados en octubre de 2012 y mayo de 2015,  donde precisamente Oviedo es acusado como autor mediato.

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Asimismo la fiscalía lo acusa también de haber recibido favores políticos de Javier Velásquez, Marisol Espinoza y Héctor Becerril, quienes por su parte  han negado toda participación con este execrable caso.

El colaborador eficaz

Entre los elementos de convicción sobre el homicidio calificado en agravio del exdirigente sindical de los obreros de la Empresa Agroindustrial Tumán, Manuel Rimarachín Cascos, el Ministerio Público hace énfasis en el testimonio del colaborador eficaz N° 12-2015.

Este colaborados  detalla cómo y por qué Manuel Rimarachín  habría sido ejecutado, según se recoge en el expediente judicial 02826-2018-0-1706-JR-PE-08, con carpeta 21-2018, de la Fiscalía Provincial Corporativa Especializada Contra la Criminalidad Organizada de Lambayeque.

Video relacionado 21 de noviembre  de 2018

De  acuerdo a lo considerado por el fiscal Juan Carrasco Millones en su reciente acusación, destaca el siguiente párrafo: “Recuerdo sobre la muerte que el Grupo Oviedo a través de Antonio Becerril, quien se lanzó a la presidencia regional encargó la compra de acciones al occiso y Miguel Delgado Salazar, de la empresa Cayaltí. Estas dos últimas personas comenzaron a comprar acciones a favor de Carlos Roncal Miñano”.

Asimismo, el colaborador con código sostiene que los supuestos implicados en el crimen se dieron cuenta de la compra de acciones a favor del prófugo de la justicia, Carlos Roncal, y no para ellos, por lo que, a través del por entonces gerente de Finanzas del ingenio azucarero de Tumán, Pablo Roberto Arce Benites, y el apresado Víctor Rodríguez Ortiz (sindicado de ser el cabecilla de “Los Wachiturros”), habrían exigido a Rimarachín Cascos y Delgado Salazar devolver el dinero otorgado para la compra de acciones (un promedio de S/ 80,000).

5 de agosto de 2018

El colaborador afirma que, en ese momento, Manuel Rimarachín se molestó y discutió con Pablo Arce Benites. De igual forma, agrega que incluso le habría amenazado con paralizar las labores al día siguiente y hacer pública la planilla de pago de los trabajadores.

Pablo Arce le dijo a Víctor Rodríguez para que ubique al Goyo, refiriéndose a Gregorio Leguía, pero este se encontraba en Trujillo. Entonces Rodríguez Ortiz lo llamó por teléfono celular a Leguía diciéndole que viaje urgente, pues tenía un trabajo que hacer por orden de Pablo Arce (…).

«Recuerdo que Gregorio Leguía llegó de Trujillo y se entrevistó con Rodríguez en su oficina de seguridad, allí coordinaron quiénes iban a ejecutar el trabajo consistente en matar a Manuel Rimarachín Cascos. En el mismo despacho acordamos que deberíamos hacer pasar como si se trataba de un robo, pero era para matarlo”, declaró el colaborador ante la Fiscalía.

5 de agosto de 2015

Señaló además que, en la mencionada reunión con Víctor Rodríguez, estuvieron Edwar Jovany Montenegro Salés (a) “Charúm”, César Valencia Delgado (a) “Cojo Valencia”, el “Zorro” Sandoval Orderique y el mismo “Goyo Leguía”.

En ese sentido consideró que habría sido entonces que decidieron que el asesino de Rimarachín sería “Charúm” y que quien manejaría la moto sería el cojo Valencia.

Además, refiere que el “Zorro” Sandoval se encargaría del servicio de seguridad de la empresa. Una vez acabado el trabajo todos ingresarían a los ambientes de la empresa sin dificultad, según dijo el colaborador.

30 de junio de 2016

Como a las 5 de la mañana, Charúm ve salir a Rimarachín de su domicilio, se le acerca y le dice que le dé los volantes, pero Charúm se presentó sin pasamontañas, solo con la capucha de su polera y ambos se conocían porque viven en la misma cuadra. Cuando le pidió los volantes, Manuel Rimarachín le contestó: anda por allá, fue entonces que Charúm le disparó tres veces con revólver 38 de la empresa Tumán, dos le cayeron (…)”, agregó, según la acusación.

La Fiscalía también menciona el testimonio de otro colaborador eficaz, N° 03-2017, quien coincide en muchos de los detalles.

 

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