Al gobierno francés le choca el apoyo al «chaleco amarillo boxeador»

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PARÍS.- La ministra francesa de Transportes, Elisabeth Borne, criticó hoy las muestras de apoyo, incluso financiero, al antiguo boxeador profesional detenido desde ayer por haber agredido a agentes antidisturbios en una manifestación de «chalecos amarillos» el sábado en París.

«Un cierto número de nuestros ciudadanos han perdido los papeles», señaló Borne en una entrevista a la emisora France Info al ser preguntada por la campaña para recabar fondos en favor del exboxeador Christophe Dettinger desde que se supo el lunes que se había entregado a la Policía.

Hasta esta mañana, más de 8.000 personas habían hecho donaciones por más de 120.000 euros en dicha campaña en línea, cuya vocación declarada era «apoyar a su familia y mostrarle la solidaridad del pueblo de los ‘chalecos amarillos’, del verdadero pueblo francés».

La web Leetchi, que albergaba esa petición, decidió poner fin a la operación a mediodía y se comprometió en un comunicado a que el dinero sirva «únicamente a financiar los gastos de justicia», al precisar que «no se aceptará ninguna otra utilización».

Poco antes, la secretaria de Estado de Igualdad entre Hombres y Mujeres, Marlène Schiappa, había calificado de «indecente» la iniciativa y considerado que «apoyar esta petición es ser cómplice de la violencia» contra las fuerzas del orden.

El video de este hombre, que fue campeón de Francia de boxeo en 2007 y 2008, ha circulado con profusión en las televisiones y en las redes sociales desde que fue grabado el sábado por la tarde en la pasarela Léopold Sédar Senghor, que atraviesa el río Sena, cuando la manifestación de los «chalecos amarillos» degeneró en enfrentamientos con las fuerzas del orden.

En las imágenes se ve cómo Dettinger golpea repetidamente, con gestos de boxeador, a un gendarme en la cabeza y luego a otro en el suelo. Uno de ellos tendrá que estar de baja 15 días a causa de la paliza recibida.

Antes de entregarse ayer, Dettinger había divulgado en internet un video en el que reconocía haber «reaccionado mal» pero también explicaba que su gesto respondió a cómo habían actuado los agentes, e insistió en «la represión» policial y en particular haberse sentido agredido por los gases lacrimógenos que recibieron él y su mujer.

Hoy la ministra de Transportes consideró «chocante que alguien al que todos hemos visto golpear a un policía en el suelo se justifique» e insistió en que si los agentes utilizaron gases lacrimógenos «a priori es porque había violencia».

El sábado pasado, el octavo consecutivo de protestas de los «chalecos amarillos», quedó marcado por los altercados en muchas ciudades, como París, Burdeos, Toulouse o Ruán.

Eso llevó al primer ministro, Édouard Philippe, a presentar anoche un nuevo dispositivo para evitar los desbordamientos en manifestaciones.

Entre las medidas contempladas están el fichaje de los violentos para prohibirles su participación en manifestaciones o el endurecimiento de las sanciones contra los que participen en aquellas que no hayan sido comunicadas previamente.

EFE/Foto: trome.pe

 

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