MIAMI (EEUU).- El nuevo gobernador de Florida, Ron DeSantis, concedió hoy un perdón oficial póstumo a cuatro afroamericanos acusados injustamente de la violación de una mujer blanca hace 70 años, un caso de sesgo racista y plagado de irregularidades y mala praxis.
El republicano DeSantis, que asumió el cargo esta semana, y el Consejo Ejecutivo de Clemencia del estado aprobaron por unanimidad la concesión del perdón a los cuatro afroamericanos incriminados por «crímenes que no cometieron», señaló un comunicado oficial.
«Durante setenta años estos cuatro hombres fueron víctimas de una «historia mal escrita por crímenes que no cometieron», y, si bien la espera ha sido muy larga, «nunca es demasiado tarde para hacer lo correcto», señaló Ron DeSantis, quien es abogado y estudió en Harvard.
El gobernador, de 40 años, afirmó que el «imperio de la ley es el vínculo sagrado de la sociedad», y, cuando es «pisoteado, todos sufrimos»; algo que sucedió en el llamado caso de «Los cuatro de Groveland».
«La verdad fue enterrada», resaltó.
Los hechos se produjeron en 1949 en el condado de Lake (centro de Florida), donde una chica blanca de 17 años dijo que había sido violada.
Poco después tres jóvenes negros fueron arrestados y golpeados y un cuarto, Ernest Thomas, logró escapar, lo que desató una cacería humana de más de un millar de hombres.
Finalmente, encontraron a Thomas durmiendo bajo un árbol y le descerrajaron allí mismo cuatrocientos tiros, según medios locales.
Al mismo tiempo, una turba enardecida se dirigió hacia un vecindario de población negra y prendió fuego a varias viviendas, un disturbio que tardó días en sofocarse.
La historia de Los cuatro de Groveland se remonta a los oscuros tiempos previos a la lucha por los derechos civiles afroamericanos. En 1949 una mujer blanca de 17 años llamada Norma Padgett acusó a cuatro afroamericanos de haberla raptado en una carretera y haberla violado en un coche. |
Tres de los arrestados, Charles Greenlee, Walter Irvin y Samuel Shepherd, fueron condenados a pesar de que las pruebas aportadas resultaban dudosas y el dictamen de un médico sostenía que la adolescente probablemente no había sido violada.
Greenlee fue condenado a cadena perpetua y Shephered e Irvin a muerte.
En 1951, poco después de que un juez del Tribunal Supremo de Florida ordenara un nuevo juicio, el entonces alguacil del condado Lake, Willis McCall, disparó a Irvin y Shepherd con el argumento de que habían tratado de escapar cuando les transferían a otra prisión.
Shepherd murió e Irvin recibió un tiro en la nuca del que sobrevivió, pese a que una ambulancia se negó a trasladarle a un hospital porque era afroamericano.
Irvin quedó en libertad condicional en 1968 y fue hallado muerto en su automóvil un año después. En cuanto a Greenlee, las autoridades le concedieron la libertad bajo fianza en 1960 y falleció en el año el 2012.
En el 2017 la Cámara de Representantes y el Senado de Florida votaron unánimemente a favor de presentar una «disculpa formal» a las familias de «Los cuatro de Groveland» y pidieron al anterior gobernador, el también republicano Rick Scott, hoy senador, que concediera un perdón póstumo, algo que éste no hizo.
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