COCTELERA es el nuevo titular de una serie de secuencias informativas en que narraremos hechos imprevisibles, ocurrencias, anécdotas de personajes reconocidos, además del ya consabido rincón del humor. Disfruta de manera amena nuestras entregas diarias porque nos debemos a ti amable seguidor.
La frase que Tyson no le dijo a Lewis
En una conferencia de prensa rumbo a la pelea, Tyson escuchó un gritó que venía de la audiencia, al momento en que se retiraba del escenario.
Volteó y empezó a insultar a la persona que habría gritado y entre otras cosas, soltó la infame frase que equivocadamente le adjudican haberle dicho a Lewis: “Te voy a coger hasta que me ames, maricón”.
El condón en la pelea de Tokio
En el histórico evento donde Mike Tyson perdió su invicto en 1990, su esquina olvidó la plancha fría que se usa para desinflamar las lesiones de los boxeadores entre rounds, por lo que tuvieron que hacer uso de un condón con hielo para aplicárselo a Tyson.
Clay actuó en un musical de Broadway
En 1969, cuando tenía prohibido boxear por negarse a ir a Vietnam, Ali se vio ahogado por las deudas. Se sacó algo de dinero acudiendo a universidades para hablar de la guerra y, como publica la revista Playbill, actuando en el musical de Broadway Buck White.
En la lista de reparto aparecía con el nombre que le pusieron al nacer, Cassius Clay, y su biografía dentro de la revista de teatro Playbill reza: «Ahora recurre a su condena a cinco años de cárcel y a la multa de 10.000 dólares que se le ha impuesto por negarse a alistarse en el ejército por motivos religiosos. El papel que ha aceptado se parece mucho a la vida que lleva fuera del escenario».
Ali cantaba casi todas las canciones del musical en el que interpretaba a un orador negro que dirigía un mitin organizado por un grupo político negro. No volvería a los escenarios después de que se anulara su condena.
Clay empezó a practicar boxeo para darle su merecido al que le robó su bicicleta
Cassius Clay tenía 12 años cuando, en 1954, se preparaba para darle una lección al chico que le había robado la bicicleta en su ciudad natal, Louisville (Kentucky).
Fue ahí cuando un policía local le advirtió de que primero debería aprender a boxear. Unas semanas después de recibir el consejo del policía y con tan solo 40 kilos, Clay participó en su primer combate y experimentó su primera victoria, según el diario deportivo Bleacher Report. Para 1964 ya se había convertido en el campeón del mundo de los pesos pesados tras vencer a Sonny Liston.
Lo que se desconoce es si consiguió recuperar la bicicleta.
Clay logró que se liberara a 15 estadounidenses que estaban prisioneros en Irak
En noviembre de 1990, Muhammad Ali conoció al dictador iraquí Saddam Hussein en Bagdad en una «visita de buena voluntad» que hizo para intentar negociar la liberación de 15 estadounidenses que estaban prisioneros en Irak y en Kuwait.
Ali recibió muchas críticas, entre otras, de George H. W. Bush (presidente de Estados Unidos por aquel entonces) y del New York Times, que expresaron su preocupación por que Ali estuviera avivando las llamas de la propaganda. Sobre la enfermedad de Parkinson que sufría el boxeador el New York Times escribió lo siguiente:
Sin duda, la campaña más extraña de liberación de rehenes de los últimos tiempos ha sido la de Muhammad Ali, el ex campeón de los pesos pesados… a pesar de su incapacidad para hablar con claridad ha enlazado una reunión con otra en Bagdad.
Pese a todo, algo funcionó. Aunque se quedó sin medicación y tuvo que esperar más de una semana para poder hablar con Hussein, Ali fue capaz de llevar de vuelta a casa al grupo de 15 soldados que estaban prisioneros.
Así informaba de ello el New York Post:
La reunión de Muhammad y Saddam que se celebró el 29 de noviembre de 1990 estuvo abierta a los medios de comunicación. Ali esperó pacientemente mientras Saddam se alababa a sí mismo por haber tratado tan bien a los rehenes. Cuando vio la oportunidad, Ali le prometió a Saddam que llevaría a Estados Unidos una «visión veraz» de Irak.
«No voy a dejar que Muhammad Ali vuelva a Estados Unidos», respondió Saddam, «sin que le acompañen varios ciudadanos estadounidenses».
Y Ali consiguió llevarse a los 15.
La terapeuta de Tyson y su tejado costoso
Ahora, con una ironía amarga, escribe que trabajar en este libro le ha hecho pensar que su vida «sólo ha sido un chiste». Y eso incluye uno de sus peores momentos, el ingreso en prisión durante tres años por un delito de violación que sigue asegurando que no cometió: «¿Cómo vas a violar a alguien que va a tu habitación de hotel a las dos de la mañana?».
Sin embargo, en la cárcel no dejó sus hábitos excesivos: «En la cárcel tenía tanto sexo que acababa agotado, ni siquiera me pasaba por el gimnasio. Simplemente me quedaba en la celda todo el día».
Tyson relata que no sólo mantenía encuentros sexuales con sus visitas sino que incluso mantuvo una tórrida relación con la terapeuta de la cárcel que tenía que ayudarle con sus problemas de adicción. Una relación que comenzó cuando el boxeador le dio a la consejera 10.000 dólares para que arreglara el tejado de su casa.
El colombiano más importante
La fama de Pambelé fue tan grande, que nadie tenía duda de que se trataba del colombiano más importante de ese momento.
En una ocasión, en Madrid, Gabriel García Márquez fue recibido en una reunión con la frase “¡Llegó el hombre más importante de Colombia!”, a lo que el Nobel movió la cabeza como buscando a alguien, y luego preguntó: “¿Dónde está Kid Pambelé?”.
Sombrero de charro
Cuenta su historiador Salcedo Ramos que a Kid Pambelé le gustaba tanto el reconocimiento, que cierta vez en Bogotá se bajó de un taxi, cansado de estar embotellado en un trancón, y arrancó a caminar mientras la gente lo saludaba. En medio de esto, un vendedor ambulante le regaló un sombrero mexicano, pero Pambelé lo rechazó justificando que eso le taparía la cara y nadie lo reconocería.
Fuente: pulzo.com