El presidente de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) Doctor, Roberto Mejía Alarcón, afirmó que a 36 años de la matanza de ocho periodistas y su guía en Uchuraccay no se ha sancionado a quienes realmente participaron de manera activa en el crimen, ya sea porque fueron de la idea o porque planificaron la acción u ocultaron pruebas de este cruel asesinato.
“En toda democracia existe la libertad de prensa que significa el acceso a aquellos lugares en donde hay acontecimientos que son de interés público”, expresó, al tiempo de recordar que en ese 1983 las informaciones oficiales no decían lo que estaba ocurriendo en Huaychao (Ayacucho), en donde se había producido la muerte de algunos senderistas.
“Los periodistas tomaron la decisión en el hotel Santa Rosa, de ir en conjunto a buscar la verdad de lo que estaba sucediendo. Había un clima de suma preocupación en la población. No solo en Ayacucho, sino en otros lugares del país. En la capital no se tenía una adecuada información. Era casi un misterio”, recordó el Doctor Roberto Mejía Alarcón en entrevista a TV Perú Noticias.
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“Había información de fuentes oficiales, pero no había lo que busca el periodista: el detalle, la crónica de los acontecimientos, lo que impedía a la población tomar en consideración la gravedad de los hechos. Había una realidad distinta en Ayacucho, en las zonas convulsionadas y una realidad en Lima. Eso hizo que los periodistas, en cumplimiento de su deber, se arriesgaran a viajar primero en automóvil a un lugar que se conoce como Tambo y de allí penetrar a Uchuraccay, que era el lugar más cerca de Huyachao”, agregó el presidente de la ANP.
Lo curioso – continuó- es que en el transcurso de su viaje cuando ellos llegan a un lugar llamado La Magdalena, la policía les pide sus identidades. Ellos se identifican, pero no les dicen absolutamente nada sobre el clima existente. Siguen caminando y arriban a otro lugar cercano. Llegan ya a Uchuraccay. Hablan con el teniente gobernador. Piden orientación y tampoco les dicen absolutamente nada y ya se van acercando y en el lugar también hablan con el teniente gobernador de la zona identificándose y explicando las razones de su viaje. Uno de los comuneros, de apellido Gálvez, va y azuza a los pobladores y estos armados de hondas, huaracas, llegan adonde estaban los periodistas.
Sostuvo que, en medio de esa situación, hay que tenerlo presente para buscar la verdad, que entre los periodistas había al menos cuatro que eran quechua hablantes.
“Conocían la zona, tenían familiares en el lugar, y a pesar de esa comunicación, el ataque vino bajo la orden de quién. Ese es un misterio. Entonces se produjo lo que ya todos sabemos y que dio lugar al sacrificio de estos periodistas y a (ser) verdaderos héroes, entre ellos, Willy Retto, quien llega a captar los instantes previos a la matanza que asombró al mundo entero”, destacó Roberto Mejía Alarcón.
Sobre la situación actual del Caso Uchuraccay, indicó que los familiares de los mártires han presentado un recurso ante la Comisión Interamericana de Derechos, Humanos, organismo que aún no se ha pronunciado.
“Se busca que el Estado peruano llegue a conciliar con los familiares, no para una recompensa económica, sino para encontrar, aunque sea moralmente, la sanción que corresponde a quienes equivocaron la lucha contra el terrorismo y permitieron la matanza tan horrenda que asombró al mundo entero”, expresó el máximo dirigente de la ANP.
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