BUENOS AIRES (Argentina).- El Gobierno autorizó nuevos incrementos en servicios y transporte para el 2019, cuando el país se encuentra en plena crisis económica. Miles de usuarios están sin electricidad desde el lunes, por lo que los vecinos volvieron a recurrir al «cacerolazo» como forma de protesta.
«Todavía nos está faltando mucho a los argentinos tener un poco más de memoria y también animarse a salir a la calle. ¿Cómo es posible que nos quieran hacer creer que nosotros, los de clase media y baja, no nos merecíamos acostumbrarnos a lo que empezábamos a tener, que es el aire acondicionado, la calefacción? ¿Nos quieren hacer creer que tenemos que seguir viviendo mal como antes?», dijo a Sputnik Ana María López, vecina de la zona porteña de Congreso.
Buenos Aires vivió una semana infernal. El pico se vivió el martes cuando se registraron 45 grados centígrados de sensación térmica acompañados de masivos cortes de energía en la ciudad y el conurbano, que dejaron a 470.000 usuarios sin servicio. Hoy, sábado, todavía se registran más de 20.000 usuarios afectados.
«La clase media no se mueve para nada, parece que les gusta pagarle a este hombre. A mí no me alcanza para vivir, mi sueldo es de 9.000 pesos. Me llegaron 2.200 de luz, el agua nos vino de 1.500 y el gas a 800. Más las expensas de 1.050 pesos. A veces me gustaría traerlo a Macri para que vea cómo yo vivo. Encima hoy y ayer nos cortaron la luz. No puede ser que hasta eso tengamos que bancarnos», dijo Agécima Acosta, vecina del barrio porteño de San Cristóbal, que salió a «cacerolear» con su nieta.
Si bien bajó el termostato, no así la temperatura en la gente. Cientos de vecinos de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano volvieron a salir a las calles durante toda la semana en diferentes puntos de encuentro, espontáneamente u organizados a través de las redes sociales, para quejarse por la falta de suministro eléctrico y los tarifazos.
«Veo a la gente totalmente adormecida, creo que esto se parece más al síndrome de Estocolmo que otra cosa. Este estado de quietud no se puede entender. Éste es un país con una historia de lucha. La situación es patética: gente que tiene ducha eléctrica que elige bañarse menos, casas donde desenroscan las lamparitas para no prender todas o quienes no quieren abrir la heladera para no forzar el motor; cosas impensables», dijo Solange Rodríguez Urbina, militante de izquierda.
Ayer, 1 de febrero, comenzó a regir el primero de cuatro aumentos estipulados por el Gobierno nacional sobre la electricidad. En promedio, los usuarios pagarán ahora 26% más y el acumulado en agosto alcanzará el 55%. Ya comenzó el aumento progresivo del transporte, que será de 40%, subirá 27% el agua en marzo y se esperan altos aumentos en el gas a partir de abril.
«La gente tiene que reaccionar. Lo que a mí más me duele es que se está entregando el país como nunca en la historia. Si bien antes han sucedido estos intentos, creo que esto es peor. Nos van a dejar un país dependiente totalmente: económicamente, políticamente, culturalmente. Es muy triste», dijo Fernando Herrera, quien también se acercó a manifestarse en contra del Gobierno de Mauricio Macri. (Sputnik)
Foto: EFE