MINAS GERAIS/Brasil.- En el noveno día de la búsqueda, las cifras de fallecidos continúan aumentando de manera lenta, llegando a 121 víctimas fatales en momentos que los bomberos y rescatistas libran una lucha dramática contra el tiempo parea ubicara a los 226 desaparecidos.
Los bomberos advierten que las tareas de excavación son cada vez más complejas, precisando que se trata de un verdadero desastre ambiental en la localidad de Brumadinho, de 39,000 habitantes y a 60 km de Belo Horizonte, que se sumió en la tragedia cuando un dique del complejo minero, Córrego do Feijao, se rompió el pasado 25 de enero, generando una inmensa marea de lodo que arrasó con todo lo que halló a su paso.
La mayoría de los muertos y desaparecidos trabajaban en la mina de Vale y muchos de ellos se encontraban almorzando en la cantina de la empresa, uno de las primeras estructuras alcanzadas por el aluvión de barro.
Las búsquedas, a cargo de unos 250 bomberos y varios helicópteros, seguirán por tiempo indeterminado, pero se teme que el número de muertos confirmados suba lentamente ante la dificultad de acceso a algunas zonas.
Según explicó a la prensa Pedro Aihara, portavoz de los bomberos, en algunos puntos el lodo alcanza los 20 metros, lo que vuelve más complicada la labor de excavación.
La tragedia, cuyo impacto ambiental aún se desconoce, ocurre sólo tres años después de un accidente similar en la misma región, en una mina de Samarco (un proyecto conjunto de Vale y la australiana BHP). (ECHA – Agencias)