ABU DABI.- Durante su visita a la península arábiga, el papa Francisco demandó libertad religiosa, que se respeten los derechos humanos y denunció un tipo de justicia «dirigida solo a miembros de la misma familia«.
Tras firmar un acuerdo de fraternidad en Abu Dabi, el Sumo Pontífice y el gran imam al-Tayeb se besaron en el rostro de acuerdo a la tradición oriental y que captó la atención de los reporteros internacionales.
La idea, puede que algo optimista, era provocar un punto de inflexión en las relaciones entre el mundo cristiano y el musulmán para evitar conflictos bélicos y nuevos brotes de terrorismo.
“No hay alternativa: o construimos el futuro juntos o no habrá futuro”, lanzó el Papa junto al gran imam de al-Azhar, al-Tayeb, uno de sus aliados en este intento de pacificar las relaciones entre ambas religiones.
La visita de Francisco a Emiratos Árabes Unidos (EAU) era también una oportunidad para que el país demuestre su relativa apertura y tolerancia, especialmente respecto a sus vecinos de la península.
En un discurso largo y más directo de lo habitual, Francisco elogió esos avances, pero no escatimó referencias a la mayoría de carencias que todavía constriñen los derechos y libertades del país y de sus vecinos.
En un gesto insólito y dirigiéndose a todos los estados de la península arábiga (lo subrayó al inicio del discurso), resaltó la importancia de permitir la libertad religiosa plena para poder mantener una relación de reciprocidad. (ECHA- Agencias)