Oscar 2019: Green Book, ¿solo un alegato contra el racismo?

 

Green Book: Una Amistad sin Fronteras es una película que da gusto verla y que me remite de inmediato a otras ganadoras del Oscar como fueron Rain Man: Cuando los Hermanos se Encuentran (1988, aunque no tenga mayor relación con el tema tiene un tratamiento semejante, viaje de carretera, mezcla de comedia y drama) y más directamente con la entrañable Conduciendo a Miss Daisy (1989, con el tema de la amistad que derriba las barreras raciales).

Veamos, Green Book: Una Amistad sin Fronteras no viene a ser mi favorita a llevarse el Oscar (pues, en realidad, filmes como Nace una Estrella o Roma me parecen mejores), sin embargo, sería la primera de las nominadas que me gustaría volver a ver. Es predecible que se volverá uno de esos clásicos de la televisión pagada que cada vez que la programan va a tener un público fiel dispuesto a sentarse a disfrutar del filme.

Green Book es un alegato más que contra el racismo, contra la hipocresía generada por esa misma lacra social. Me trae a la mente el caso del velocista y multicampeón olímpico Jesse Owens, que para acceder a los homenajes realizados para con su persona debía ingresar por la cocina del hotel (debido a los reglamentos de esos prejuiciosos establecimientos). En otras palabras, esta bien disfrutar del talento y la habilidad de un afroamericano, pero sin dejar de denigrarlo. Terrible doble moral.

Y, sin embargo, Green Book: Una Amistad sin Fronteras encaja perfectamente como comedia, claro que fina y no burda. Los personajes de Mahershala Ali y Viggo Mortensen no podrían ser más opuestos en gustos y educación, curiosamente no como un espectador prejuicioso podría juzgar. Pero, la química entre ambos termina siendo uno de los pilares más sólidos de esta película nominada al Oscar 2019 tanto como cinta, como en las categorías actorales.

Es, además, un road movie (para todos los amantes de los filmes de carretera), lo que ya es un subgénero en el mundo del cine. Siempre hay un encanto especial con este tipo de tramas, como si cada pueblito recorrido por el automóvil fuera el escenario de una historia diferente que complementa a la vez un “todo” que es el relato definitivo. Esto se plasma muy bien en Green Book.

El título de la película hace referencia a un librillo verde con los puntos de alojamientos y restaurantes que los negros podían acceder en el sur norteamericano de los años 60. Una forma camuflada de saltarse las leyes y preservar el racismo. Ya lo vemos, desde el nombre estamos ante una película que va más allá del mero entretenimiento a una profundidad de discurso social todavía muy necesario en nuestros días.

¿Necesitas un detalle más para animarte a ver Green Book: Una Amistad sin Fronteras? Pues, la banda sonora es una delicia con las interpretaciones al piano del personaje de Mahershala Ali. Don Shirley era un pianista afroamericano de la vida real que Ali personifica, y que efectivamente tuvo una insospechada amistad con su chofer y ex bravucón de la mafia Tony Lip (Mortensen). Anímate, y anda a ver esta gran película.

 

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