MANAGUA.- En una carta que estuvo a punto de llegar demasiado tarde, el papa Francisco reivindicó al sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal, quien el 4 de marzo de 1983 fue suspendido de administrar los sacramentos por Juan Pablo II.
La sanción se dio a conocer en, ese entonces en el aeropuerto de Managua en castigo por formar parte del gobierno sandinista de Daniel Ortega, cuando Cardenal , sacerdote y poeta , tiene 94 años y se encuentra hospitalizado a causa de una grave infección renal.
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Aunque el Vaticano aún no ha informado de la noticia, el nuncio apostólico en Nicaragua, el alemán Stanislaw Waldemar Sommertag, ya se la ha adelantado personalmente a Cardenal y se ha ofrecido a concelebrar con él su primera misa en 35 años.
De igual forma, el obispo auxiliar de la archidiócesis de Managua, Silvio José Báez, se acercó el pasado jueves al hospital donde se encuentra el poeta, se postró ante su cama y le dijo: “Le pido su bendición como sacerdote de la Iglesia católica”.
En esa época Juan Pablo II venía de visitar México, donde ya había condenado la teología de la liberación, de la que Cardenal era un referente , desempeñándose como ministro de Cultura de Nicaragua, y se le hacía difícil entender que la revolución sandinista fuese entonces del brazo de la parte más abierta y social de la Iglesia. (ECHA- Agencias)