El nuevo arzobispo de Lima, Carlos Castillo, asumió este sábado sus funciones en una ceremonia donde rindió un homenaje al eclesiástico español Santo Toribio de Mogrovejo, quien fue el segundo arzobispo en la historia de la capital peruana y es considerado el patrono de los obispos latinoamericanos.
El arzobispo Castillo comenzó su ordenación con una misa en la iglesia de San Lázaro, donde el sacerdote de 69 años ha sido párroco durante los últimos cinco años.
En esa parroquia, ubicada en el histórico distrito limeño del Rímac, que se encuentra en la ribera derecha del río del mismo nombre que atraviesa la ciudad, Castillo hizo una profesión de fe y un juramento de fidelidad junto a las reliquias de Santo Toribio y ante el nuncio apostólico Nicola Girasoli.
Desde la iglesia inició una procesión por el casco antiguo de la capital peruana que cruzó el río Rímac y atravesó la Plaza de Armas hasta llegar a la catedral, en un recorrido similar al que hizo Santo Toribio cuando fue designado como arzobispo de Lima.
Monseñor Carlos Castillo: : "Somos el pueblo limeño, pueblo creyente que sólo puede existir como tal si emprende todo, se enraíza y se funda siempre en Jesús, que se hizo pobre, y que en los pobres de la Lima del siglo XVI y XVII" pic.twitter.com/vsFWAcJV9i
— Arzobispado de Lima (@arzolima) March 2, 2019
En la catedral limeña hubo otra homilía y se dio el traspaso de funciones con su antecesor, el cardenal Juan Luis Cipriani, la figura referente de la iglesia peruana durante los últimos años por sus posturas acérrimas contra el aborto y el matrimonio homosexual, así como sus simpatías con los partidos políticos más conservadores.
Además de Cipriani, el acto también se realizó con la presencia del otro cardenal peruano, Pedro Barreto, y del presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), Miguel Cabrejos.
En sus primeras palabras como arzobispo, Castillo manifestó su intención de trabajar con especial de dedicación a los pobres y los más desfavorecidos, como Toribio de Mogrovejo hizo entre los siglos XVI y XVI durante la Lima colonial, para hacer de la periferia su centro de la ciudad.
Castillo fue designado arzobispo de Lima por el Papa Francisco a finales del año pasado después de que el sumo pontífice aceptara la renuncia de Cipriani por cumplir 75 años, tal y como establece el Código de Derecho Canónico.
Con la toma de posesión de Castillo se consolidan los cambios realizados por El Vaticano en la Iglesia peruana, que desde junio pasado tiene dos cardenales con la designación de Pedro Barreto.
⊕