WASHINGTON.- El secretario de Estado, Mike Pompeo, estimó que en las próximas semanas EEUU y China podrían resolver sus diferencias y terminar con «todos esos aranceles y barreras» que desembocaron en una guerra comercial.
En ese sentido explicó que que están trabajando en un trato «más justo» para las dos economías más grandes del mundo, lo que se suma a señales positivas de ambas partes sobre las negociaciones.
En una serie de entrevistas con estaciones de radio y televisión de Iowa, Pompeo afirmó que espera que se llegue a un acuerdo en las próximas semanas para hacer que el comercio entre las dos economías más grandes del mundo sea más justo y que se eliminen los aranceles de represalia de China a productos agrícolas de Iowa.
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«Estamos tratando de corregirlo, de arreglarlo, de hacerlo justo y recíproco. Creo que estamos a punto y espero que todas esos aranceles y barreras desaparezcan», declaró a la televisión KCCI en Des Moines, donde asistió a una conferencia con agricultores.
Sus comentarios se hicieron eco del optimismo que expresaron el lunes el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, y un portavoz del Parlamento de China.
Hassett dijo a Fox Business Network que era posible un acuerdo con China, dado el reciente avance de las conversaciones informado por el Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer.
«Parece que el embajador Lighthizer ha progresado mucho y que podríamos llegar a puerto con China», manifestó. Y agregó: «Creo que todos tienen la esperanza, como la tienen los mercados, de que pronto se llegará la meta».
China y Estados Unidos se han impuesto aranceles a cientos de miles de millones de dólares en bienes y las conversaciones tienen como objetivo reducir la escalada de un conflicto que ha afectado a los mercados financieros e interrumpido las cadenas de suministro de manufactura.
Washington ha exigido que China cambie leyes y prácticas para proteger la propiedad intelectual de Estados Unidos, que ponga fin a las transferencias forzadas de tecnología a las empresas chinas, frene los generosos subsidios industriales y abra el mercado interno a las empresas estadounidenses. (ECHA- Agencias)