El ministro de Justicia, Vicente Zevallos, dio las disculpas públicas, a nombre del Estado peruano, a una mujer a la que se le negó un aborto terapéutico a los 17 años, cuando gestó un feto anencefálico que murió a los cuatro días, según informó este miércoles Demus, la organización a cargo de su defensa.
Las disculpas expresadas hoy por el ministro peruano responden a un fallo emitido por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, hace quince años, que obligó a Perú a encontrar formas para evitar que otras personas tuvieran que sufrir los mismos abusos que K.L., como se identificó a la víctima.
«Que esta sea oportunidad para dirigirme a K.L, ciudadana peruana. Y me permito a nombre del Estado que represento, expresarle disculpas públicas por un Estado renuente a cumplir sus responsabilidades, por no actuar, por no defenderte, ayer niña y hoy mujer», expresó Zevallos.
«¿Cuántas más K.L. vamos a permitir? Que no quede solo en palabras, ni en mensaje, sino que signifique un cambio en las políticas públicas, que despierte en corazones y conciencias actitudes de vida; que signifique comprometernos con niñas, adolescentes y mujeres, que no signifique burocracia, ni en los pasillos de la norma, ni corrernos de las responsabilidades», agregó el ministro peruano.
En el 2001, la joven Noelia Llantoy, identificada en el caso como K.L., quedó embarazada a los 17 años y recibió la recomendación del médico que la atendía de someterse a un aborto terapéutico porque el feto era anencefálico, es decir que su cerebro no había desarrollado por completo, y no viviría mucho tiempo tras nacer.
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Sin embargo, la dirección del hospital nacional Arzobispo Loayza le negó el aborto y tuvo que seguir con la gestación hasta el nacimiento del bebé, al cual tuvo que amamantar por cuatro días hasta su muerte.
Tras esta situación, la joven cayó en un estado de depresión y, según Demus, el embarazo no sólo puso en riesgo su salud física y psicológica, sino que «fue una clara violación a los estándares internacionales que prohíben la violencia contra las mujeres y constituían tratos crueles, inhumanos y degradantes por parte de funcionarios públicos».
Durante la ceremonia de disculpas públicas, la mujer dijo estar «contenta con las disculpas públicas del Estado, pero no significan el cierre de mi caso».
K.L. tenía 17 años cuando quedó embarazada y supo que el feto era anencefálico. Le recomendaron un aborto terapéutico que le fue negado. La obligaron a parir un bebé que finalmente murió.
18 años después el Estado pedirá disculpas por los abusos cometidos https://t.co/M0ziDdoOdM— DEMUS (@DemusPeru) March 5, 2019
«Las disculpas deben trasladarse a la implementación del protocolo del aborto terapéutico en todos los hospitales del país, para que no se vuelva a ocasionar daños a las mujeres», afirmó Llantoy.
El protocolo para la aplicación del aborto terapéutico en Perú fue aprobado recién en el 2014, a pesar de que este tipo de interrupción del embarazo, en caso de que esté en riesgo la salud de la mujer, estaba aprobado desde 1924.
La directora de Demus, María Ysabel Cedano, expresó que «pedirle disculpas a K.L. es una reparación simbólica que restaura el vínculo con el Estado, que se quebró cuando los operadores de justicia y salud le negaron su derecho a un aborto terapéutico, reconociendo públicamente que se puso en riesgo y afectó su vida y su salud».
«Pedir disculpas y perdón no es olvidar lo qué pasó, negarlo, sentir pena o compasión. Es asumir responsabilidad y comprometerse a que nunca más se repita la vulneración. Es tratar con dignidad a K.L. y a todas las mujeres que requieren un aborto terapéutico», añadió Cedano.
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EFE